Cuentan que se percataron de la ausencia del cadáver cuando abrieron el pequeño ataúd.
Una familia denunció que el personal del hospital de San Juan de Lurigancho les entregó un táper embolsado dentro del ataúd donde debía estar el cuerpo de su bebé fallecido.
Maritza, la madre del niño, llegó el viernes al nosocomio con dolores de parto. Allí se enteró que tenía Covid-19. Finalmente fue sometida a una cesárea, aunque el pequeño estaba sin vida.
La familia recibió de parte del hospital un ataúd envuelto en plástico. Como querían vestirlo para velarlo, abrieron el féretro y dentro hallaron un táper en el interior de una bolsa.
Julio, el padre del pequeño, contó que intentó denunciar el hecho, pero no pudo. «No me quieren aceptar la denuncia porque la fiscal dice que no hay sustento, que no hay argumento», dijo.
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