El Mototaxi se ha convertido en una alternativa de movilidad escolar y todos los días traslada a decenas de menores de edad con o sin sus padres.
Los mototaxis son una necesidad para miles de familias en la capital. Los padres confían diariamente la vida de sus hijos a sus conductores, pese a que no cuentan con cinturones de seguridad, que en el reducido espacio deben viajar los pasajeros y las abultadas mochilas, y que muchos manejan de manera temeraria. «A veces nos recoge de la misma esquina de nuestra casa, prácticamente nos ayuda como un taxi y cobra más cómodo», nos dice Rosario Osorio, usuaria de este tipo de servicio.
Este servicio de transporte cobra de 2 soles a 2.50. Lo que al mes constituye una suma de 40 a 50 soles, frente a los 100 a 150 soles que cobra una movilidad escolar. Algunas madres incluso tienen un mototaxista de confianza al que llaman para que las recoja y las lleve, junto a sus pequeños, hasta el centro educativo. Es el caso de Estuardo, un conductor con varios años en el oficio, quien ya tiene hasta sus clientes fijos que depositan su confianza en él.
«Cuento con mi maquinita que cuenta con todos los requisitos, que permite las municipalidades para prestar el servicio, tanto público, como privado»
Pese a que muchas cumplen con los requisitos, la gran mayora opera en la informalidad, sin respetar señales, sin SOAT, sin brevete y hasta conducidos por menores de edad.
¿Cómo enfrentar el problema?
Frente a esta problemática, el especialista en transporte, Luis Martell, considera que estos vehículos ya no pueden ser regulados solo por las municipalidades.
«Es necesario que haya un plan regulador en cada distrito, pero quien tiene que planificar el crecimiento y la cantidad de unidades que puede circular, es el gobierno local, el gobierno provincial y quien tiene que dar las normas es el ministerio de transportes y comunicaciones», detalló Martell.
Además, el especialista considera que las empresas de mototaxis deben estar reguladas a circular en ciertos cuadrantes, donde sea solo una compañía y así poder ordenar el tránsito. «Lo primero es saber dónde está ubicada y saber cuál es la demanda de viaje de la población en un distrito, y cuál es el origen y el destino. Ellos deberían alimentar al punto siguiente donde hay un transporte público masivo; llamemos el sistema de corredores complementarios y las rutas alimentadoras, o llámese a un colegio o llámese a un servicio», explicó.
Sin embargo Martell deja en claro que ninguna mototaxi debe circular por vías de alto tránsito o vías principales y que esto debería tener un mayor cuidado de parte de los municipios. Con el crecimiento de la presencia de estos vehículos, que parece haberse desbordado en algunos distritos, es urgente una regulación más eficaz que pueda poner fin a la informalidad que trae caos, accidentes y delincuencia.
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