La venezolana acusada de vaciar la casa de su exenamorado peruano se defiende. Ella asegura que llegaron a un acuerdo sobre los bienes y que dejó la casa que compartían en Independencia porque era víctima de agresiones.
Asimismo, Laury Granados Gutiérrez dice que la relación que tuvieron no fue solo de dos meses, sino que se prolongó por más de un año y que se llevó los electrodomésticos de «su casa» porque previamente él, Edwin Pichihua, había vendido los suyos.
Tras ser liberada, la venezolana asegura que los vecinos de otros pisos son testigos de las agresiones que sufrió y que él tiene cerca de veinte antecedentes penales. Él no negó de forma contundente haberla agredido.
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