Guaidó, que es reconocido por Washington y sus aliados como el líder legítimo de Venezuela, dijo el lunes que la oposición necesitaba "reconstruirse" después de los resultados.
CARACAS, 22 nov (Reuters) – La oposición de Venezuela necesita reconstruirse y reflexionar sobre su estrategia después de sufrir una dura derrota en las elecciones regionales del fin de semana, dijo el lunes su líder Juan Guaidó, quien pidió unidad entre los dirigentes del fragmentado movimiento.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela difundió la madrugada del lunes su primer boletín oficial con los resultados de los comicios regionales del domingo y que le otorgaron la victoria al oficialismo en 20 gobernaciones y a la oposición en 3, incluido el estado Zulia, rico en petróleo.
La oposición estuvo ausente en las elecciones presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, argumentando que era imposible una votación justa por la interferencia del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Pero volvieron a las urnas este año en medio de la frustración por el fracaso de las sanciones de Estados Unidos que buscaban la salida del poder de Maduro.
La votación del domingo fue vista como una prueba de fuego antes de las elecciones presidenciales programadas para 2024. La oposición también se sintió con fuerzas por la presencia de observadores electorales de la Unión Europea, cuyo primer informe preliminar se espera para el martes.
Guaidó, que es reconocido por Washington y sus aliados como el líder legítimo de Venezuela, dijo el lunes que la oposición necesitaba «reconstruirse» después de los resultados.
«Hoy se debe abrir una nueva fase (…) Hoy es un día de reflexión para parte de la dirigencia y de los que se expresan líderes. No es un momento de pelea entre los partidos ni de egos entre liderazgos políticos», agregó Guaidó, sin más detalles.
Analistas políticos manifestaron antes de la votación que la decisión tardía de la oposición de participar y la lucha interna sobre si se debían presentar candidatos dañaría su desempeño.
La oposición necesita con urgencia repensar su estrategia para volver a conectarse con los votantes y pulir su credibilidad, señaló Enderson Sequera, director de la consultora venezolana Politiks.
«La conclusión de las pasadas elecciones en Venezuela es muy clara: el chavismo está más estable en el poder y la oposición democrática se encuentra más lejos de lograr el cambio político», agregó Sequera.
RECONSTRUIR LA CONFIANZA
A pesar de los esfuerzos de la oposición por impulsar la votación, la participación fue de 41,80%, lo que equivale a unos 8,1 millones de personas que sufragaron, de los 21 millones registrados para hacerlo.
Los comicios regionales en Venezuela normalmente atraen menor cantidad de electores y la participación promedio se calcula entre 40% a 50%, según encuestadoras. La baja participación en Venezuela favorece a la maquinaria política del gobernante Partido Socialista, agregaron los analistas.
«Hay que decirlo, es la oposición la que necesita oxígeno en este momento. El gobierno nuevamente demostró que a pesar de ser una minoría en cuanto al apoyo popular macro se mantiene en el poder ante la ausencia de una oposición coordinada de manera estratégica», expresó Maryhen Jiménez, investigadora asociada al Centro de América Latina de la Universidad de Oxford.
En medio de la larga recesión económica y la hiperinflación, muchos venezolanos están desilusionados con la política. Millones de personas han emigrado por la crisis.
«¿Cuál es el potencial de la oposición?, pues «el malestar de la gente», mencionó el politólogo John Magdaleno, director de la Consultora Polity. Ese malestar no va a variar en el corto plazo debido a años de «represión, de violación de garantías», pero es «una energía potencial de una fuerza social latente» que debe ser canalizada por los partidos opositores.
Aunque el partido gobernante ganó 20 gobernaciones, su votación disminuyó a unos 3,7 millones, de acuerdo con las cifras del CNE, en comparación con los 5,9 millones de votos que obtuvo en las elecciones regionales de 2017.
Maduro dijo el domingo que no volvería a negociar en México con la oposición hasta que se responda por «el secuestro» del enviado especial del gobierno, Alex Saab, recientemente extraditado a Estados Unidos por cargos de lavado de dinero. Las conversaciones están destinadas a buscar una salida a la crisis económica y social de Venezuela.
Guaidó manifestó que «hay una cauta espera» sobre si el gobierno volvería a la mesa y agregó que discutirán con los aliados internacionales mecanismos para «aumentar la presión sobre el régimen».
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