Desde el Congreso de la República se aprobó una ley para el retiro de las mismas cuando estas se encuentren en mal estado o en desuso; sin embargo, aún no existen acciones concretas.
El pasado 9 de junio, el Congreso de la República respaldó con una amplia mayoría aprobar la ley que promueve el retiro de los cables aéreos en desuso o mal estado en las ciudades del país.
La propuesta señala que en un plazo no mayor de 24 meses las empresas concesionarias de servicios de electricidad y telecomunicaciones retiren el cableado en desuso o mal estado. No obstante, el dictamen precisa que la misma debe realizarse sin trasladar el costo a las tarifas del consumidor.
Adicionalmente, la supervisión de este trabajo estará a cargo de las autoridades de lo gobiernos locales y provinciales, en conjunto con los organismos reguladores. En el caso de que no se cumpla con esta disposición, se establecerá una multa de 3 unidades impositivas tributarias (UIT).
Sin embargo, a la fecha, parece que las compañías encargadas de ejecutar este retiro habrían olvidado lo establecido por el Parlamento, pues las calles limeñas siguen inundadas de telarañas de cables, lo cual imposibilitada apreciar un cielo limpio.
Los kilómetros de cables que recorren los distintos distritos de la capital ponen en peligro incluso a los transeúntes, dado que en las algunas zonas estos permanecen colgados o amarrados en postes y viviendas. En otros casos, sirven como contenedores de basura y zapatillas viejas.
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