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En Lima, la transformación del paisaje urbano es evidente con la proliferación de nuevos edificios de gran altura. Distritos como San Isidro, Surco, Miraflores y Barranco, conocidos por sus elevados precios por metro cuadrado, ahora albergan edificaciones de hasta 40 metros cuadrados, gracias a la aplicación de la Ley de Vivienda de Interés Social (VIS). Esta normativa permite construir en zonas previamente restringidas, pero ha generado un aumento vertiginoso en la construcción de inmuebles.

El rápido crecimiento vertical ha traído consigo un caos significativo. Los residentes expresan su descontento, afirmando que la tranquilidad y el carácter de sus barrios han sido erosionados. En San Isidro, por ejemplo, se han aprobado proyectos que sobrepasan ampliamente los límites de altura establecidos por las ordenanzas municipales.

¿Falta de planificación urbanística?

A pesar de las críticas, las autoridades explican que el desorden en la expansión urbana es el resultado de una ley que permite la construcción en cualquier zona del país, incluso en distritos de alta demanda inmobiliaria. El reglamento de la Ley VIS ha facilitado que se construyan edificios de gran altura en áreas donde antes solo se permitían desarrollos más pequeños.

La ley establece que las municipalidades deben emitir licencias de construcción de manera automática una vez que los revisores urbanos han dado el visto bueno, lo que ha exacerbado la situación en distritos como San Isidro.

La situación ha llevado al Tribunal Constitucional a intervenir, estableciendo que las municipalidades deben tener el control sobre la zonificación y la altura de los edificios. No obstante, los proyectos aprobados antes de esta resolución siguen adelante. Las autoridades locales, como la Municipalidad de San Isidro, han intentado frenar la construcción de estos grandes edificios, pero han enfrentado resistencia por parte de las empresas constructoras.

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