El libro "Punta San Juan, una historia de conservación" es el resultado de más de 7 años de trabajo fotográfico de Bernardo Sambra, quien buscó resaltar la importancia de conservar la reserva natural.
Como parte del compromiso de Latina Suma, en nuestro programa Buenas Nuevas, Malas Nuevas, José Luis Abeo Sabogal, superintendente de Comunicaciones de la empresa minera Marcobre, explicó cómo la compañía impulsó el lanzamiento del libro «Punta San Juan, una historia de conservación». Es el resultado de más de 7 años de trabajo fotográfico de Bernardo Sambra, quien buscó con su arte resaltar la importancia de conservar la reserva natural y enaltecer la belleza de Marcona.
«Marcona es el último distrito de la región Ica. Es un distrito minero, pero que también tiene un potencial turístico muy importante. Es el único distrito del país con dos reservas naturales: Punta San Juan, que queda a solo 5 minutos del centro de la ciudad, con la mayor colonia de pingüinos de Humboldt, y tienes San Fernando, que está más hacia el norte, con un avistamiento del cóndor andino«, relató Abeo Sabogal.
El superintendente de la empresa minera Marcobre señaló que, junto al fotógrafo Bernardo Sambra, la compañía buscó que las fotografías y su poderoso mensaje de conservación no queden solo plasmadas en un libro.
«Esta historia lo hemos trasladado a varias universidades en el país como la Universidad Científica del Sur, la Universidad Cayetano Heredia. Con el propio Bernardo hemos hecho conversatorios para llevar este mensaje de cuidado ambiental a los estudiantes. Creemos que la educación es la piedra angular del desarrollo sostenible», precisó.
«Punta San Juan, una historia de conservación» es un libro impulsado por Marcobre en alianza con The Living Oceans y el Programa Punta San Juan del Centro de Sostenibilidad de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Este proyecto empezó a trabajarse en el 2016 y se materializó en el 2022 con los últimos viajes a la reserva Punta San Juan, para retratar el hábitat de las especies en este espacio de solo 54 hectáreas.
El libro hace énfasis en la importancia del cuidado ambiental y demuestra cómo la actividad extractiva puede convivir con un ecosistema productivo del país, impulsando el turismo responsable y la educación verde en niños, jóvenes y adultos.
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