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El cáncer de intestino delgado es un tumor maligno que comienza en las células de este órgano. Los tumores cancerosos del intestino delgado son de diferentes tipos: pueden ser tumores carcinoides, adenocarcinoma, sarcoma y linfoma.

El intestino delgado es parte del sistema digestivo: sigue al estómago, continúa la digestión de los alimentos y absorbe los nutrientes. Al mismo tiempo, el intestino grueso recoge el contenido restante, absorbe agua de los alimentos parcialmente digeridos y la transforma en heces. En ocasiones, las células glandulares presentes en el revestimiento del intestino delgado sufren cambios que provocan que se comporten de forma anormal y pueden conducir al desarrollo de tumores.

FRECUENCIA, SEXO Y EDAD PROMEDIO DE LOS CASOS DE CÁNCER DE INTESTINO DELGADO

A diferencia del cáncer colorrectal, que es uno de los más frecuentes, el cáncer de intestino delgado es uno de los más raros que afectan al tracto gastrointestinal. El 56% de los casos se presenta en hombres. La edad media de diagnóstico se sitúa entre los 68 años para los hombres y los 70 años para las mujeres.

Los tumores malignos del intestino delgado (adenocarcinoma, tumores carcinoides, tumores estromales y linfomas primarios) son raros: representan sólo el 5% de todos los tumores del intestino delgado. Esta es la razón por la que en ocasiones su diagnóstico se retrasa. Su pronóstico varía según el tipo de cáncer, su estadio y la ubicación del tumor inicial en el intestino delgado.

¿CUÁLES SON LOS PRIMEROS SÍNTOMAS DEL CÁNCER DE INTESTINO DELGADO?

Enumerar los síntomas del cáncer de intestino delgado puede resultar difícil porque dependen del tipo de tumor y su ubicación. Así, algunas personas que padecen cáncer de intestino delgado no presentan síntomas, especialmente si tienen carcinoma. Cuando aparecen síntomas y signos clínicos, pueden incluir:

• Dolor (cólicos) o calambres abdominales.
• Trastornos del tránsito.
• Sensación de masa en el abdomen.
• Náuseas y vómitos.
• Pérdida de peso inexplicable.
• Anemia (detectada por el médico durante un análisis de sangre o sospechada durante el examen físico).
• Sangre en las heces (heces alquitranadas rojas o negras).

En algunos casos, los tumores del intestino pueden causar complicaciones graves, incluido el síndrome de obstrucción (obstrucción intestinal) o un agujero en el intestino (perforación intestinal).

¿CÓMO DETECTAR EL CÁNCER DE INTESTINO DELGADO?

El cáncer de intestino delgado es un tipo de cáncer muy raro. Por ejemplo, representa sólo el 5% de los cánceres gastrointestinales en Francia. La frecuencia de los cánceres de colon, recto, esófago y estómago es mucho mayor que la del cáncer de intestino delgado. Debido a su rareza y a la diversidad de sus síntomas, el cáncer de intestino delgado puede resultar complicado de diagnosticar. A veces se descubre durante una prueba de imagen realizada para determinar la causa de síntomas que son difíciles de explicar.

Para diagnosticar el cáncer de intestino delgado, los médicos realizan los siguientes pasos de diagnóstico:

• Un examen físico y anamnesis: el médico examina a su paciente y le interroga sobre sus síntomas, sus antecedentes médicos y familiares, su estilo de vida.
• Un análisis de sangre: consiste en particular en un recuento de la formulación sanguínea y un análisis de la bioquímica de la sangre, para comprobar la presencia de determinadas sustancias que demuestran el buen funcionamiento de los órganos y, en particular, del hígado.
• Exámenes de imágenes, que pueden tomar diferentes formas dependiendo de las necesidades del equipo multidisciplinario para establecer el diagnóstico, identificar el tipo y estadio del cáncer y determinar el tratamiento. Los procedimientos más utilizados son la enteroscopía por TC y la endoscopía. El ‘enteroscanning’ consiste en inyectar un tinte por la nariz del paciente, con el fin de deshacer los pliegues del intestino delgado y visualizarlo mejor. La enteroscopía implica la introducción de un tubo delgado equipado con iluminación y una cámara para visualizar el interior del intestino delgado. El médico puede tomar muestras de tejido (biopsia) durante la enteroscopía. Las muestras serán enviadas al laboratorio para su análisis. El ‘video cápsula’ es una técnica reciente. El médico hace tragar a su paciente una cápsula que contiene una pequeña cámara. Se mueve a través del tracto gastrointestinal y toma fotografías a medida que avanza. Luego, estas fotografías se envían a través de electrodos a un dispositivo portátil con el que se ha equipado al paciente. Este método está especialmente indicado para el diagnóstico del cáncer de intestino delgado, pero no permite realizar biopsias.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER DE INTESTINO DELGADO?

El tratamiento del cáncer de intestino delgado también depende del tipo de cáncer, su estadio, la localización del tumor y las especificidades de las células cancerosas: se adapta a cada tipo de cáncer. La mayoría de los cánceres de intestino delgado se tratan con cirugía. Esto implica extirpar la sección del intestino delgado afectada por el tumor canceroso (esto se llama “resección” o extirpación quirúrgica). Si los ganglios linfáticos cercanos se han visto afectados o están amenazados, también se extirpan. Este tratamiento suele complementarse con quimioterapia. El objetivo de ello es administrar fármacos para detener o ralentizar el crecimiento de las células cancerosas, ya sea destruyéndolas o impidiendo su división.

En el caso del cáncer de intestino delgado, los equipos multidisciplinarios generalmente implementan quimioterapia después de la cirugía, lo que permite eliminar todas las células cancerosas que el cirujano no pudo haber eliminado. Luego los médicos hablan de quimioterapia adyuvante. Si el tumor canceroso del intestino delgado ha hecho metástasis, es decir, si se ha diseminado a otras partes del cuerpo, puede ser necesaria la quimioterapia sistémica. En ocasiones, las sesiones de radioterapia completan el protocolo de tratamiento.

Con información de Femme Actuelle.

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