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El cáncer de ovario es una enfermedad que afecta a las células de los ovarios, los órganos reproductores femeninos que producen los óvulos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de ovario es el séptimo tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres y el octavo más mortal.

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Sin embargo, esta enfermedad se puede prevenir y tratar si se detecta a tiempo. Por eso, septiembre es el mes de la concienciación sobre esta enfermedad, que busca informar y sensibilizar a la población sobre sus factores de riesgo, sus síntomas y sus opciones de tratamiento.

FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE OVARIO

Los factores de riesgo son aquellas condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad. En el caso del cáncer de ovario, algunos de los factores de riesgo más importantes son:

• La edad: el cáncer de ovario es más frecuente en mujeres mayores de 50 años, aunque también puede afectar a mujeres más jóvenes.
• Los antecedentes familiares: tener familiares cercanos (madre, hermana o hija) con cáncer de ovario o de mama aumenta el riesgo de padecerlo. Esto se debe a que puede haber una predisposición genética asociada a mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2.
• Los antecedentes personales: haber tenido cáncer de mama, endometrio o colon también incrementa el riesgo de cáncer de ovario.
• La fertilidad: no haber tenido hijos, haber tenido el primer hijo después de los 35 años, no haber usado anticonceptivos hormonales o haber tenido la menopausia tardía (después de los 55 años) son factores que aumentan la exposición a los estrógenos, las hormonas femeninas que estimulan el crecimiento de las células ováricas.
• El estilo de vida: el tabaquismo, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol son hábitos que pueden favorecer el desarrollo del cáncer de ovario.

SÍNTOMAS DEL CÁNCER DE OVARIO

Los síntomas del cáncer de ovario son inespecíficos y pueden confundirse con otras afecciones, como el síndrome premenstrual, el estrés o los problemas digestivos. Por eso, es importante estar atenta a cualquier cambio en el cuerpo y consultar al médico ante la presencia de alguno o varios de estos síntomas:

• Dolor o presión en el abdomen o la pelvis
• Hinchazón o distensión abdominal
• Sensación de saciedad rápida o dificultad para comer
• Aumento o pérdida de peso inexplicable
• Cambios en los hábitos intestinales o urinarios (estreñimiento, diarrea, urgencia o frecuencia para orinar)
• Sangrado vaginal anormal o entre períodos
• Dolor durante las relaciones sexuales
• Fatiga o cansancio
• Tratamiento del cáncer de ovario

El tratamiento del cáncer de ovario depende del estadio en que se encuentre la enfermedad, es decir, del tamaño y la extensión del tumor. Los principales tipos de tratamiento son:

• La cirugía: consiste en extirpar los ovarios y las trompas de Falopio, el útero y el cuello uterino, los ganglios linfáticos y otros tejidos afectados por el cáncer. Es el tratamiento más común y efectivo para el cáncer de ovario.
• La quimioterapia: consiste en administrar medicamentos que matan las células cancerosas o impiden su crecimiento. Se puede usar antes o después de la cirugía, o como tratamiento único en algunos casos.
• La terapia dirigida: consiste en usar medicamentos que atacan específicamente las características moleculares de las células cancerosas, sin afectar a las células normales. Se puede usar en combinación con la quimioterapia o como tratamiento de mantenimiento.
• La inmunoterapia: consiste en usar medicamentos que estimulan el sistema inmunitario para que reconozca y destruya las células cancerosas. Es un tipo de tratamiento emergente que se está investigando para el cáncer de ovario.

PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ SON CLAVES

El cáncer de ovario es una enfermedad silenciosa que se puede prevenir con información y conciencia. Por eso, es fundamental que las mujeres conozcan sus factores de riesgo, sus síntomas y sus opciones de tratamiento, y que acudan al médico ante cualquier sospecha.

Además, es recomendable que las mujeres se realicen chequeos ginecológicos periódicos, que incluyan una ecografía transvaginal y un análisis de sangre para medir el nivel del antígeno CA-125, un marcador tumoral que puede indicar la presencia de cáncer de ovario.

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Asimismo, las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de ovario o de mama pueden realizarse una prueba genética para saber si tienen alguna mutación en los genes BRCA1 o BRCA2, y así tomar medidas preventivas, como la cirugía profiláctica o el uso de medicamentos preventivos.

El cáncer de ovario es una enfermedad que se puede vencer si se detecta a tiempo. Por eso, septiembre es el mes de la concienciación sobre el cáncer de ovario, una oportunidad para difundir información y apoyar a las mujeres que lo padecen. El color turquesa es el símbolo de esta campaña, que invita a vestir o lucir este color para mostrar solidaridad y compromiso con esta causa.