Cómo identificar un lunar sospechoso de cáncer de piel y qué hacer al respecto
Para prevenir y curar el cáncer de piel, es fundamental protegerse del sol, revisar los lunares con la regla del ABCDE o del patito feo, y consultar al dermatólogo ante cualquier sospecha.
07.02.2024 / 14:04 Herbert Holguin
El sol es cada vez más inclemente, y lo seguirá siendo, y es necesario hablar del cáncer de piel, uno de los tipos de cáncer más frecuentes y, a la vez, uno de los más prevenibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican más de 3 millones de casos de cáncer de piel no melanoma y 132.000 casos de melanoma, el tipo más agresivo y mortal.
El principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel es la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes artificiales como las camas solares. Esta radiación puede dañar el ADN de las células de la piel y provocar su crecimiento anormal y descontrolado.
Uno de los primeros signos de alerta del cáncer de piel es la aparición o el cambio de un lunar o una mancha en la piel. Los lunares son agrupaciones de células pigmentadas llamadas melanocitos, que normalmente son inofensivas y tienen un aspecto uniforme y simétrico.
Sin embargo, algunos lunares pueden transformarse en melanomas, que son tumores malignos que se originan en los melanocitos y que pueden invadir otros tejidos y órganos.
CUATRO SEÑALES DE UN LUNAR MALIGNO
- Asimetría: un lunar maligno tiene una forma irregular y sus dos mitades no son iguales.
- Borde: un lunar maligno tiene un borde difuso, dentado o irregular, mientras que uno benigno tiene un borde definido y liso.
- Color: un lunar maligno tiene varios colores o tonalidades en su interior, como negro, marrón, rojo, azul o blanco, mientras que uno benigno tiene un solo color homogéneo.
- Diámetro: un lunar maligno suele tener un diámetro mayor de 6 milímetros, que es el tamaño de la goma de borrar de un lápiz, aunque también puede haber melanomas más pequeños.
- Evolución: un lunar maligno cambia de tamaño, forma, color o sensación con el tiempo, mientras que uno benigno se mantiene estable
¿Cómo saber si un lunar es maligno o benigno? Existen algunas reglas y criterios que pueden ayudarnos a distinguir un lunar normal de uno sospechoso de cáncer de piel. Una de las más conocidas es la regla del ABCDE, que se basa en las siguientes características:
LA REGLA DEL ‘PATITO FEO’
- Una llaga o herida que no cicatriza o que sangra con facilidad.
- Una mancha o protuberancia que crece, se inflama, duele o pica.
- Una zona de la piel que se descama, se enrojece o se irrita.
- Una cicatriz o una costra que aparece sin motivo aparente.
Otra regla que puede ser útil es la del “patito feo”, que consiste en identificar el lunar que se ve diferente al resto de los lunares que tenemos en el cuerpo. Este lunar puede llamar la atención por su tamaño, forma, color o relieve, y puede ser un indicio de melanoma.
Además de estas reglas, hay que estar atentos a otros signos y síntomas que pueden indicar un cáncer de piel, como:
Ante cualquier duda o sospecha, lo más recomendable es acudir al dermatólogo, que es el especialista en el cuidado de la piel. El dermatólogo podrá examinar los lunares y las lesiones cutáneas con un instrumento llamado dermatoscopio, que permite ver las estructuras internas de la piel con mayor detalle y precisión. Si el dermatólogo detecta algún lunar o lesión sospechosa, podrá realizar una biopsia, que consiste en extraer una muestra de tejido y analizarla en el laboratorio para confirmar o descartar el diagnóstico de cáncer de piel.