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Todos, alguna vez, hemos soñado despiertos. Sí, esa mirada al vacío. En el fascinante mundo de la neurociencia, un nuevo estudio destaca, precisamente, el impacto positivo del también llamado ensoñamiento en la mejora del aprendizaje y la memoria. Exploraremos los hallazgos más recientes, publicados esta semana en la revista Nature, que revelan cómo este estado de quietud consciente puede ser una herramienta poderosa para potenciar la neuroplasticidad y, por ende, nuestra capacidad cerebral.

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«Hay una variación en la forma en que el cerebro responde a la misma imagen a lo largo del tiempo, y estas primeras ensoñaciones pueden predecir hacia dónde se dirige esa variación«, afirmó el autor principal del estudio, Mark Andermann, profesor de neurobiología de la Facultad de Medicina de Harvard.

La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar, se potencia durante los momentos de soñar despierto. Este fenómeno permite que el cerebro forme nuevas conexiones sinápticas y fortalezca las existentes, facilitando la retención de información y el proceso de aprendizaje.

Cómo integrar el soñar despierto en la rutina diaria

Durante mucho tiempo, expertos han reconocido que la consolidación de la memoria y la actualización del conocimiento se producen principalmente durante el sueño. Sin embargo, investigaciones recientes indican que procesos similares podrían tener lugar durante la actividad de ensoñación despierto, e incluso podrían involucrar un tipo de aprendizaje completamente distinto. Por eso, te damos unos consejos para que «soñar despierto» te sea efectivo:

1. Práctica consciente: Dedica breves momentos diarios para permitirte divagar mentalmente, enfocándote en la quietud y la atención plena.
2. Ambientes propicios: Busca entornos tranquilos que fomenten la reflexión y la desconexión temporal de tareas específicas, promoviendo así la actividad cerebral asociada con el soñar despierto.
3. Aplicación educativa: Explora métodos pedagógicos que integren pausas reflexivas y momentos de ensoñamiento en el proceso de aprendizaje, tanto en entornos académicos como profesionales.

Beneficios para el aprendizaje y la memoria

1. Mejora en la retención: La conexión entre el soñar despierto y la neuroplasticidad contribuye a una mayor retención de información.
2. Creatividad potenciada: Estudios sugieren que el ensoñamiento también está vinculado a la mejora de la creatividad, beneficiando no solo el aprendizaje sino también la resolución de problemas.
3. Mayor concentración: Contrario a la creencia popular, permitir momentos de soñar despierto puede fortalecer la capacidad de concentración y enfoque.

La ciencia confirma el poder de soñar despierto

En un mundo donde la atención constante se considera crucial, la ciencia respalda la idea de que permitirnos divagar mentalmente puede ser una estrategia efectiva para mejorar el aprendizaje y la memoria. Este artículo destaca cómo integrar conscientemente el ensoñamiento en nuestras vidas puede desencadenar beneficios tangibles, transformando nuestra comprensión sobre el potencial de la mente en reposo.