¿Qué impacto tiene el uso prolongado de estos dispositivos en el desarrollo cerebral de los más pequeños?
Los dispositivos tecnológicos como los teléfonos inteligentes, las tabletas y las computadoras se han convertido en una parte esencial de la vida cotidiana de muchas personas, especialmente de los niños y adolescentes. Sin embargo, ¿Qué impacto tiene el uso prolongado de estos dispositivos en el desarrollo cerebral de los más pequeños?
Un grupo de investigadores de la Universidad de California, San Diego, revisó 33 estudios que analizan los efectos de la exposición a la tecnología en el cerebro de los niños. Los resultados, publicados en la revista Current Opinion in Behavioral Sciences, muestran que el uso excesivo de dispositivos tecnológicos puede causar daños en diversas áreas cerebrales relacionadas con la atención, la memoria, el aprendizaje, el lenguaje y las emociones.
Según los autores, el empleo de la tecnología puede interferir con el sueño de los niños, que es fundamental para el desarrollo y la consolidación de las redes neuronales. Por otro lado, puede reducir el tiempo dedicado a actividades que estimulan el cerebro, como la lectura, el juego, el ejercicio físico o las interacciones sociales.
Además, el empleo de la tecnología puede provocar una sobreestimulación de los sistemas de recompensa del cerebro, que se activan cuando recibimos una notificación, un mensaje o un “me gusta” en las redes sociales. Esto puede generar una adicción a la tecnología y una disminución de la capacidad de concentración, de la motivación y de la satisfacción con otras actividades.
Los investigadores también señalan que también puede afectar el desarrollo del lenguaje, especialmente en los niños más pequeños, que necesitan escuchar y producir sonidos para adquirir las habilidades lingüísticas. El uso de dispositivos tecnológicos puede limitar la exposición al lenguaje oral y dificultar el aprendizaje de nuevas palabras, la comprensión y la expresión.
Finalmente, los autores advierten que el uso de la tecnología puede tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y social de los niños. El uso de dispositivos tecnológicos puede aislar a los niños de sus padres, sus amigos y su entorno, lo que puede afectar a su autoestima, su empatía y su regulación emocional.
Los investigadores recomiendan a los padres y educadores que limiten el tiempo y el tipo de uso de los dispositivos tecnológicos por parte de los niños, y que fomenten otras actividades que beneficien su desarrollo cerebral, como el juego, la lectura, el deporte y las relaciones sociales. Asimismo, sugieren que se realicen más estudios para evaluar los efectos a largo plazo de la exposición a la tecnología en el cerebro de los niños.
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