Los Juegos, que comenzarán el 4 de febrero, serán los primeros JJ. OO. de Invierno en los que se utilizará casi el 100% de nieve artificial.
PEKÍN, 26 ene (Reuters) – El cambio climático amenaza los Juegos Olímpicos de Invierno y el futuro de los deportes de nieve, ya que hace que las condiciones sean mucho más peligrosas para los atletas y los participantes, advierten los expertos en un informe publicado una semana antes del inicio de los Juegos de Invierno de 2022 en Pekín.
Los Juegos, que comenzarán el 4 de febrero, serán los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en los que se utilizará casi el 100% de nieve artificial, desplegando más de 100 generadores de nieve y 300 cañones de nieve que trabajarán a pleno rendimiento para cubrir las pistas de esquí.
«Esto no sólo requiere mucha energía y agua, ya que a menudo se utilizan productos químicos para ralentizar el deshielo, sino que además proporciona una superficie que, según muchos competidores, es imprevisible y potencialmente peligrosa», afirma el informe, redactado por investigadores del Grupo de Ecología del Deporte de la Universidad de Loughborough (Inglaterra) y el grupo medioambiental Protect Our Winters.
El comité organizador de Pekín ha publicado un informe de sostenibilidad en el que afirma que el «sistema inteligente de fabricación de nieve» de los Juegos podría utilizar un 20% menos de agua que los métodos tradicionales.
Los organizadores también han tratado de contrarrestar los temores de que los Juegos ejerzan presión sobre los suministros locales de agua, afirmando que para la fabricación de nieve se recurrirá a la escorrentía de las montañas y a las precipitaciones recogidas durante el verano.
El estudio señala que el cambio climático hace que la nieve natural sea cada vez menos abundante en muchas regiones del mundo y reduce la cantidad de agua disponible para la nieve artificial, lo que pone en peligro la industria mundial de los deportes de nieve.
«Las temporadas de nieve erráticas y el rápido derretimiento de las estaciones de baja cota son ahora la norma para muchos competidores», dice el informe.
«El riesgo es claro: el calentamiento provocado por el hombre está amenazando el futuro a largo plazo de los deportes de invierno. También está reduciendo el número de sedes climáticamente adecuadas para la Olimpiada de Invierno».
De las 21 sedes utilizadas para los Juegos de Invierno desde que la estación francesa de Chamonix acogió los primeros en 1924, los investigadores calculan que, para 2050, solo 10 tendrán la «idoneidad climática» y los niveles de nieve natural para albergar un evento deportivo.
Chamonix está ahora clasificada como de «alto riesgo» junto con las sedes de Noruega, Francia y Austria, mientras que Vancouver (Canadá), Sochi (Rusia) y Squaw Valley (Estados Unidos) se consideran «poco fiables».
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