El escocés Callum Hawkins (25) estaba logrando el maratón de sus sueños, manteniendo un ritmo demoledor para sus rivales, con paso firme hacia el triunfo más importante de su carrera.
Por eso que nadie podía presagiar lo que ocurrió a tan sólo dos kilómetros del final, cuando el escocés no podía mantenerse en línea recta, dando claros síntomas de agotamiento.
Hawkins lideraba la carrera con cerca de dos minutos respecto a sus perseguidores, pero sufrió un primer colapso luego de dos horas corriendo.
Tras proseguir la marcha, el escocés recorrió varios metros tambaleándose, antes de caer de nuevo, a falta de dos kilómetros para meta, sin un gramo de fuerza en las piernas.
Hawkins fue finalmente conducido al hospital. Su equipo afirmó después que su estado de salud no era preocupante. Finalmente fue el australiano Michael Shelley el que se llevó la victoria.
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