Chavín de Huántar: 27 años de una de las operaciones militares más exitosas del mundo

Un 22 de abril de 1997 la Operación Chavín de Huántar liberó con éxito a los 72 rehenes que fueron cautivos durante 126 días por el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) en la residencia del embajador de Japón en el Perú. El operativo es considerado uno de los más exitosos a nivel mundial. ¿Cómo fue posible? Esta es la historia.

17 DE DICIEMBRE DE 1996 – LA TOMA DE LA EMBAJADA DE JAPÓN POR PARTE DEL MRTA

Esta historia comienza en una elegantísima fiesta. La noche del 17 de diciembre de 1996, el embajador Morihisa Aoki ofrecía una recepción en su residencia de San Isidro, en tributo por el onomástico del emperador nipón, Akihito.

El evento, que contó con la asistencia de 800 invitados – entre diplomáticos, religiosos, militares, políticos, periodistas y artistas -, iba desarrollándose con éxito cuando pasada las 8 p. m. una ambulancia cargada con 14 terroristas armados del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) irrumpió en la celebración a balazos.

Ante la imposibilidad de mantener bajo control a tal cantidad de personas, el grupo terrorista, teniendo como cabecilla a Néstor Cerpa Cartolini, fue dejando en libertad a los secuestrados albergando finalmente a un grupo de 72 personas retenidas contra su voluntad y bajo amenaza de muerte.

Para liberarlos, exigían la excarcelación de 400 delincuentes terroristas emerretistas que purgaban condena por la comisión de delitos por terrorismo. Luego, debían ser trasladados a Cuba.

EL PLAN PARA LIBERAR A LOS REHENES: LA CONSTRUCCIÓN DE TÚNELES SUBTERRÁNEOS

Durante los 126 días que duró la toma de la residencia, el Gobierno mostró una apertura para negociar. Sin embargo, al mismo tiempo el Gobierno gestó un plan basado en la construcción de túneles subterráneos para poder acceder a la Embajada de Japón, de ahí el nombre ‘Operación Chavín de Huántar’ por la cultura precolombina que en su centro ceremonial presenta una intrincada red subterránea de túneles.

Para ello, el Gobierno reclutó en secreto un grupo de 32 de mineros a quienes puso a construir estos laberintos con múltiples salidas al interior de la residencia. De hecho, para evitar el ruido por estos trabajos el Ejército propalaba marchas militares o música.

Asimismo, se fue entrenando a una fuerza de operaciones especiales conformada por elementos del Ejército y de la Unidad Especial de Combate (UEC) de la Fuerza de Infantería de Marina de la Marina de Guerra del Perú (IMAP).

El entrenamiento de esta unidad se produjo en una réplica de la residencia construida en las instalaciones de la Escuela Militar de Chorrillos a la cual se accedía mediante túneles subterráneos, tal y como se había previsto ocurriría en el escenario real.

También, mediante un trabajo de inteligencia, los comandos y los rehenes articularon una estrategia de escucha a través de micrófonos ocultos en objetos que fueron introducidos a la residencia.

22 DE ABRIL DE 1997 – SE LLEVA A CABO LA OPERACIÓN CHAVÍN DE HUÁNTAR

El 22 de abril de 1997, a las 3:23 p. m. los comandos empezaron a desarrollar la operación de rescate, esto tras comprobar que los terroristas estaban distraídos por medio de cámaras de video introducidas de forma secreta. A su vez, se ideó un plan para que los rehenes vistieran prendas de colores claros, facilitando así su identificación entre los insurgentes en caso de una confrontación.

El almirante, Luis Giampietri, uno de los rehenes, recibió instrucciones clandestinas y una radio para comunicarse con los demás segundos antes de que la incursión militar comenzara.

De esta manera, 148 comandos irrumpieron tras volar el piso del salón principal en donde un grupo de terroristas jugaba futsal. Todos ellos fueron abatidos.

Lamentablemente, uno de los rehenes, el magistrado Carlos Giusti, fue herido en una pierna, lo que le causó una violenta hemorragia que le provocó la muerte. Fue el único rehén muerto en la acción.

Asimismo, dos comandos también murieron, Juan Valer Sandoval y Raúl Jiménez Chávez, uno de ellos, según algunos testimonios, protegió al canciller Tudela mientras este escapaba por la azotea.

Con la mayoría de los cautivos a salvo, la Operación Chavín de Huántar es considerada una de las operaciones de rescate de rehenes más exitosas del mundo.

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