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Luego de que Ana Estrada accediera una muerte digna, se ha reavivado el debate sobre el derecho a decidir sobre la eutanasia y la muerte asistida, trayendo nuevamente a la luz el caso de María Benito, una paciente diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) hace ya una década.

Diferenciándose de la eutanasia, el caso de María Benito se centra en su derecho a rechazar el tratamiento médico, una figura legalmente distinta pero igualmente controvertida en el contexto de la atención médica.

Ketty Solano, hija de María Benito, relata que la sentencia en favor de su madre fue emitida el 1 de febrero de este año. «La sentencia es clara al solicitar a EsSalud que cumpla con el deseo de mi madre. Eso es lo que el Poder Judicial ordena; sin embargo, hasta la fecha, EsSalud no ha acatado esta orden judicial».

Ella contó a Latina Noticias Matinal que el deseo de su madre es rechazar el tratamiento médico; sin embargo, EsSalud se mantiene en la posición de no contar con médicos no objetores de conciencia, lo que impide la ejecución de la sentencia.

«Mi madre ha solicitado la retirada del ventilador mecánico mediante sedación. EsSalud propuso la opción de elegir un médico cercano a la familia, pero el Poder Judicial establece que EsSalud es responsable de ejecutar la sentencia. Prácticamente, el proceso está estancado en este punto», dijo Ketty.

Solano describe el nivel de frustración de su madre como «considerable», exigiendo justicia y el respeto a su derecho fundamental. Además, relata que tras enterarse del fallecimiento de Ana Estrada, su madre expresó sentir la pérdida de una gran amiga y un ser humano invaluable: «Ella me dijo que tenía sentimientos encontrados, que sentía que había perdido a una gran amiga y es más, creo que todos hemos perdido a un gran ser humano muy invaluable. Pero también que se sentía feliz por ella, porque al fín su cuerpo descansaba, porque creo que solo quien pasa por una situación puede entender y ser empático con otro ser humano que está sufriendo», precisó.

Respecto a la posibilidad de acudir al Tribunal Constitucional, Solano mencionó que esa opción está siendo evaluada por su abogada.

El caso de María Benito refleja el delicado equilibrio entre la autonomía del paciente y las políticas institucionales de salud, generando un debate que trasciende lo jurídico y pone de relieve las complejidades éticas y morales inherentes a la atención médica moderna.