El último domingo 21 de abril, Ana Estrada, quien había luchado incansablemente por su derecho a una muerte digna, finalmente accedió al procedimiento médico de muerte asistada.
El último domingo 21 de abril, Ana Estrada, quien había luchado incansablemente por su derecho a una muerte digna, finalmente accedió al procedimiento médico de muerte asistida. A través de un comunicado emitido por su abogada, se confirmó que Ana falleció en paz y según sus propios términos.
El procedimiento médico se llevó a cabo de acuerdo con el «Plan y Protocolo de Muerte Digna» establecido específicamente para Ana y aprobado por EsSalud. Este plan fue el resultado de una histórica sentencia emitida en su favor el 23 de febrero de 2021, la cual fue ratificada por la Corte Suprema el 14 y 27 de julio de 2022.
COMUNICADO DE PRENSA.
— Josefina MQ.Gayoso (@Josefina_28) April 22, 2024
Ana es libre. Gracias a todos y todas por hacer eco de su voz.
Vuela alto, Anita❤️🕊️ pic.twitter.com/xR86Jq1GTD
El caso de Ana Estrada, quien padecía de una enfermedad degenerativa incurable, generó un intenso debate en la sociedad peruana sobre la moralidad y la legalidad de la eutanasia. Su valiente lucha por su derecho a una muerte digna no solo impulsó cambios legales significativos, sino que también abrió el diálogo sobre el tema en un país donde la eutanasia había sido un tema tabú durante mucho tiempo.
La decisión de Ana de ejercer su derecho a la eutanasia fue un acto de autonomía y empoderamiento personal en medio de circunstancias extremadamente difíciles. Su legado será recordado como un símbolo de la lucha por la dignidad y el respeto en los cuidados médicos al final de la vida.
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