Marina de Guerra multa a Repsol con S/. 17 millones por derrame de petróleo

Marina multa 17 millones a Repsol por derrame de petróleo

Por Hernán Floríndez -Unidad de Investigación

El mayor desastre ecológico en las costas de Lima tiene responsables claros. La Marina ha notificado a las partes con la Resolución de Capitanía 070-2023-MGP /CAPICALA/M que resuelve sancionar solidariamente a la empresa Fratelli D’ Amico Armatori SPA -propietaria del barco Mare Doricum- y a la empresa Refinería La Pampilla – subsidiaria del grupo Repsol- con 2 636.246 UIT por haber ocasionado el derrame de los 13 mil 907 barriles de petróleo en el mar peruano.

A esto se suma otra multa por 1000 UIT específicamente contra la Refinería La Pampilla a razón de la negligencia en la respuesta de contención frente al ecocidio del 15 de enero.

De la misma manera, los capitanes Anselmo Tovar Silvestre y Washington Reynaga Soto fueron suspendidos a 180 días calendario debido a que no cumplieron con rigurosidad ciertas funciones esenciales que podrían haber impedido el desastre.

Por ejemplo, amarrar el buque con un solo cabo cuando debieron ser dos; desembarcar al término de la maniobra de amarre en lugar de permanecer abordo; no informaron o recomendaron la necesidad de un remolcador; tampoco observaron que al ingreso de la embarcación la capacidad de carga sobrepasaba los límites permitidos para ese terminal.

Las infracciones de Repsol y Fratelli D Amico Armatori -empresa dueña del Mare Doricum- son igual de específicas pero más complejas. Las pericias de la Marina de Guerra han determinado que la causa del siniestro ocurrió a las 4:40PM cuando se rompió uno de los cabos de la embarcación por la marea anormal y por un “deficiente funcionamiento” del winche hidráulico, que debió evitar una sobretensión en el cabo, pero, inusualmente, uno de sus tambores dejó de girar ocasionando la rotura inicial.

Esta situación, según la investigación de La Marina, no fue advertida por nadie inmediatamente. Generó que “el buque fuera perdiendo posición sin que la tripulación lo advirtiera, demora en el reemplazo del cabo roto mientras la descarga de hidrocarburo continuaba a pesar de la situación de riesgo, la deficiente guardia impidió observar el boyarín indicativo de la ubicación del PLEM que perdía posición respecto a la nave”. Es decir, que la nula supervisión produjo que la delicada estructura de válvulas y tubos por los cuales pasaba el crudo se “desgarrara gradualmente” hasta que a las 17:05 empezó a inundar el mar.

En esos minutos Repsol volvió a fallar: No dispuso que los marinos permanecieran abordar de la embarcación, lo que hubiera permitido asesorar sobre el comportamiento de la nave que perdía posición, tampoco solicitó la permanencia de un remolcador para la atención de cualquier emergencia ante el amarrado a las boyas; no cumplió con el despliegue de la barrera de contención antes de descargar el combustible y el sistema de detección de derrames tampoco se activó a pesar de estar operativo.

A inicios del año pasado, en Punto Final se reveló que el sistema creado por la propia Repsol -sistema Heads- para detectar filtraciones en menos de dos minutos, nunca percibió fuga alguna.

Una vez con el crudo vertido ampliamente en las costas, la investigación de la Marina concluye que ni la empresa dueña de la embarcación, ni la compañía de Repsol “actuaron con la debida diligencia en la evaluación, vigilancia, control y combate del derrame (…) fue deficiente en la verificación del cumplimiento de las medidas de seguridad, eficiencia y protección del medio ambiente acuático”.

El derrame afectó a 2 mil 53 especímenes de fauna silvestre y a aproximadamente 38 mil personas dedicadas directa e indirectamente a la pesca artesanal, quienes solicitan una indemnización por parte de la compañía petrolera.