El equipo multiplataforma de Latina Noticias recorrió las principales galerías de Mesa Redonda y Gamarra. Se identificaron los peligros y riesgos a los que se exponen los usuarios al acudir a estos emporios comerciales en épocas de Navidad.
Caos, desorden y pasillos invadidos por torres de mercadería, junto a calles ocupadas por vendedores ambulantes, es el escenario que enfrentan los usuarios al llegar a Mesa Redonda y Gamarra. El equipo Multiplataforma de Latina Noticias se adentró en las principales galerías de ambos lugares, revelando los riesgos que acechan a quienes transitan por estos concurridos centros comerciales.
En Mesa Redonda, el recorrido inició al mediodía, desde el cruce del jirón Cusco con el jirón Ayacucho, apenas a una cuadra de la avenida Abancay. Alrededor de las 2:00 p.m., llegamos a Gamarra para verificar la situación de este centro comercial. Esta inspección tuvo la guía del personal especializado de la Defensoría del Pueblo en temas relacionados con Servicios Públicos y Gobiernos Locales y Metropolitanos.
En tiempos navideños, la afluencia de personas se intensifica, sin embargo, los problemas no se limitan a la aglomeración; también se observan calles invadidas con cajas, que son llevadas con gran velocidad por estibadores de un lugar a otro, sin ninguna protección para ellos y con el riesgo de causar algún daño a los transeúntes.
A lo largo de estos jirones de Gamarra y Mesa Redonda, los comerciantes venden, de todo, exactamente los mismos productos que se ofertan en el interior de grandes galerías, pero ellos han encontrado en la vía pública una forma más económica de hacer negocio del lado de la informalidad y lo que esta genera.
En Mesa Redonda, las veredas han sido tomadas por negociantes, quienes usan el espacio para mostrar sus productos. Las personas tiene que transitar por la pista, la cual también ha sido invadida por los informales.
En Gamarra la situación no varía. En los alrededores que comprenden las avenidas Parinacochas y Aviación, las personas tienen un espacio mínimo para transitar. Las aceras y parte de las pistas, le pertenecen a los ambulantes. Al traspasar las rejas que resguardan el corazón de Gamarra se ve un espacio despejado, pero a pocas cuadras la informalidad, nuevamente, reina.
Si se dirige la mirada hacia al cielo, aparecerá una gran maraña de cables, sujetos a postes o estructuras metálicas desgastadas por el paso del tiempo. Esta imagen desoladora nos remite a un escenario que evoca temor, especialmente al recordar los trágicos sucesos acontecidos en Mesa Redonda en el año 2001, donde alrededor de 400 personas perdieron la vida en una catástrofe que dejó una huella imborrable en la memoria de los peruanos.
«En esta zona estamos viendo cables despegados […] Situación que se repite en varias cuadras. La señalización de la evacuación también es importante porque en estas fiestas vemos la afluencia del público en la mañana y en la noche», mencionó Evony Gómez, comisionada de Servicios Públicos de la Defensoría del Pueblo.
El panorama en Gamarra es el mismo, desde el ingreso hasta la salida de los dameros A y B. Cables puestos de manera insegura, que incluso abastecen al comercio informal en los alrededores del emporio comercial. De acuerdo a los especialistas, las empresas de telecomunicaciones y electricidad, quienes prestan el servicio a los usuarios, son las responsables del retiro de los cables.
Ante un incendio o terremoto, las posibilidades de salvarse son complicadas en tiempos navideños, si se está dentro de una galería del jirón Andahuaylas, en el centro de Lima. En ella observan pisos enteros repletos de productos altamente inflamables. La situación se complica aún más debido a la aglomeración de la mercadería. Los estrechos espacios entre las tiendas, son ocupados por cajas que ocupan el suelo y obstaculizan el paso de los usuarios. Además, algunas están cerca a las ventanas de vidrio abiertas, generando potenciales riesgos adicionales.
«Cajas de almacenes que están soportando sobre ventanas de vidrio […] Eso podría caer y matar a una persona», indica José Nina, coordinador del Área de Gobiernos Locales y Metropolitano de la Defensoría.
En Gamarra la situación es similar. Al ingresar a la galería Guizado, una de las más concurridas y de mayor capacidad, encontramos escaleras con maniquíes desplegados en cada grada. Espacios angostos para transitar y mercadería colgada en las ventanas. Un verdadero peligro frente a cualquier siniestro. Al pasar por varios pisos, las mismas faltas se repetían.
La presencia de personal municipal en Gamarra, no generaba ninguna reacción en los ambulantes, que venden incluso al lado de ellos.
Una tienda que tenía las puertas abiertas al público llamó la atención del equipo de Latina Noticias. Árboles de navidad, luces, guirnaldas y demás arreglos navideños eran ofrecidos al público. Los usuarios ingresaban sin temor alguno. Era un callejón, como el ingreso a una quinta. A un lado, había cajas apiladas que eran revisadas por personas que ingresaban y salían a cada rato. Se trataba de mercadería de la cual no se conoce procedencia. Esto, una vez más, dificultaban el tránsito.
«¿Estás grabando, no? ¡Estás grabando!», increpó una vendedora al equipo de Latina Noticias.
Otro vendedor tomó intempestivamente el celular y paró la grabación, intentó borrar la grabación, mientras otros vendedores cerraron las puertas de su clandestino local e impidieron la salida del equipo. Luego de varios minutos, en medio de empujones e intervención de los funcionarios el equipo pudo salir.
Esta es una muestra de cómo la informalidad y la inseguridad sigue reinando en los centros comerciales más concurridos del país, a pesar de innumerables operativos de fiscalización. De acuerdo a la Municipalidad de Lima, el emporio del Centro de Lima recibe diariamente alrededor de 160 mil personas y desde el 16 de noviembre hasta la fecha ya ha acumulado más de 3 millones de visitas.
El equipo Multiplataforma intentó comunicarse con la Municipalidad de Lima para conocer cuáles son los resultados de sus constantes operativos y en cuánto han reducido el comercio informal e inseguridad en dicha zona, pero hasta el cierre de este informe, no obtuvimos respuesta.
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