Las víctimas del Tren de Aragua: testimonios revelan la explotación y brutalidad de la banda criminal

Tras la caída de Yomar José Delgado Palacios, alias ‘Nino’, Latina Noticias tuvo acceso a los testimonios de las víctimas de explotación sexual de la facción del 'Tren de Aragua'.

Las víctimas del Tren de Aragua: testimonios revelan la explotación y brutalidad de la banda criminal

Por Marco Zanelli Berríos

Le dicen ‘Nino’, pero su nombre real es Yomar José Delgado Palacios, un hombre de 29 años que había tomado el liderazgo de ‘Dinastía Alayon’, una facción de la megabanda criminal ‘Tren de Aragua‘. Punto Final estuvo presente en el preciso momento en que intentó escapar de la Policía Nacional del Perú al lanzarse de un tercer piso. Pero la justicia le llegó. Ensangrentado, con la respiración entrecortada, ‘Nino’ no quiso hablar mucho ante las cámaras.

Ante la justicia, sin embargo, este criminal tendrá que responder por las muchas víctimas que su banda explotaba sexualmente. Latina Noticias Digital revisó a profundidad un documento en el que decenas de mujeres cuentan cómo, entre engaños y amenazas, fueron traídas a nuestro país para ser obligadas a ejercer la prostitución. Las formas de amedrentamiento usadas contra ellas, que ya habíamos adelantado en un informe previo, son solo la punta del iceberg de historias marcadas por la violencia.

Historias, además, que revelan el nivel de organización al que había llegado esta suerte de sucursal del Tren de Aragua, capaz de recolectar hasta S/ 48,150 en una semana, fruto de la explotación sexual de 107 víctimas a las que distribuían en zonas —ellos le denominan «plazas»— de Lima (Plaza Norte, Pro, María Auxiliadora), Cajamarca, Tarapoto, entre otras. Todo un negocio lucrativo que, como han señalado fuentes policiales, es la base para financiar otro tipo de delitos.

CAPTACIÓN Y EXPLOTACIÓN, EL MODUS OPERANDI DE LA DINASTÍA ALAYÓN

A cada mujer que la 'Dinastía Alayón' traía desde Venezuela le cobraban una "multa" de entre S/ 15,000 y S/ 20,000. Ellas estaban obligadas a pagarlas con servicios sexuales en las calles. También se les exigía el monto de S/ 200 por "ingreso de plaza" y un pago semanal de S/ 250 por "uso de plaza". Es el caso de Laura, a quien así llamaremos por seguridad y hoy se encuentra protegida bajo el nombre de un código para proteger su integridad y la de su familia.

Laura tenía una amiga, o así pensaba ella, que en febrero de este año le ofreció un trabajo en Perú. Iba a ser operada y necesitaba que alguien la cuidara. Con un hijo pequeño a quien mantener, Laura aceptó el encargo. Acompañada por "asesores", tomó un bus hasta la ciudad colombiana de Cúcuta y luego otros hasta el Ecuador. Desde allí ingresó de manera ilegal al Perú, pero aquí no la esperaba ninguna "amiga". Solo un miembro de la banda criminal que le informó que era una "mujer multada por 15 mil soles".

Durante dos semanas, Laura ofreció servicios sexuales en Lima. Imágenes de ella circulaban por páginas web para adultos. Luego la enviaron a Cajamarca, donde siguió siendo explotada en un club nocturno. Al cabo de tres meses pagó el total de su deuda, pero su hijo se enfermó y necesitaba correr con los gastos. Pidió un nuevo préstamo de S/ 1,500 que se duplicó por los intereses. Cuando creía que ya había terminado de pagar esta deuda, sus explotadores no tardaron en multarla. Una y otra vez.

Llegó un momento en que Laura se negó a seguir pagándole a la 'Dinastía Alayón'. Le imponían cuotas por "responder de mala manera" o por mero capricho de sus explotadores. Reclamar le costó caro: la encerraron durante una semana y media. No le permitían bañarse, tampoco comer. Un día, aprovechó la oportunidad y se escapó. Desde entonces, sus captores no paran de buscarla. La amenazan con mensajes en los que aparecen videos de su casa en su tierra natal, donde vive su familia.

MENORES DE EDAD, FUGAS Y AMENAZAS

Si la situación de Laura ya parece espeluznante, hay historias todavía más duras. En las más de 300 páginas del documento al que tuvo acceso exclusivo Latina Noticias Digital, se pudo comprobar que entre las "multadas" de 'Nino' había, por ejemplo, menores de edad, quienes apenas tenían la oportunidad huían del dominio de la banda criminal. Yuly, otra víctima que recibe este seudónimo por su seguridad, estuvo junto con una adolescente en Puerto Maldonado.

Luego de un mes ejerciendo la prostitución en un local regentado por una señora a la que llamaban Carmen, a Yuly sus explotadores le comunicaron que partiría a Arequipa. Luego, la trasladaron a Madre de Dios para trabajar en un sitio donde coincidió con una menor de edad. A los pocos días, no obstante, la PNP intervino el establecimiento. La más joven fue puesta a disposición de la Fiscalía Puerto Maldonado, pero Yuly fue liberada por las autoridades. Sin tener a dónde ir, volvió donde sus captores.

La 'Dinastía Alayón' decidió, entonces, que siguiera siendo explotada, pero en Ayacucho. Allí, Yuly soportó un mes hasta que se dio a la fuga. Pudo llegar hasta Tumbes, pero dos tipos la reconocieron y la volvieron a apresar. La llevaron hasta Chiclayo, donde 'Nino' la castigó cortándole el cabello, mientras sus secuaces la golpearon. Después la encerraron en una habitación durante dos días y terminaron por trasladarla de regreso a otro prostíbulo en Madre de Dios.

El fiscal superior Jorge Chávez Cotrina calificó de "golpe contundente" a la captura de 'Nino'.

LA 'DINASTÍA ALAYÓN' TOMA CAJAMARCA

El fiscal superior Jorge Chávez Cotrina contó a Latina Noticias que esta es la primera vez que observan la presencia de una facción del 'Tren de Aragua' en el departamento de Cajamarca. Por supuesto, la trata de personas con fines de explotación sexual ya existía en esta región, pero los tentáculos de la organización criminal no había tomado varias "plazas" —incluidas zonas como la provincia de Cajabamba— como ocurría en Arequipa, Madre de Dios y Lima.

A Cajabamba, precisamente, llegó una de las víctimas cuyo testimonio contribuyó a poner tras las rejas a miembros de la facción del 'Tren de Aragua'. Su arribo a este establecimiento, sin embargo, ocurrió luego de haber sido explotada en un local de un centro poblado de Arequipa. Allí estuvo "unas tres semanas", pero pidió su traslado a otro lugar, pues había poca clientela y no tenía cómo pagar la multa que le habían impuesto.

Sus explotadores decidieron hacerle caso, pero luego de un mes, esta mujer ya no quiso trabajar más. Un proxeneta, con pistola en mano, la amenazó para que continuara prostituyéndose. Ella decidió enfrentarlo, pero el sujeto la golpeó con el arma en la cabeza. Trató de defenderse con una piedra, pero su explotador le clavó una barreta de fierro en el tobillo izquierdo que debió curar por sus propios medios. Fue entonces que la enviaron a Cajabamba.

Cada una de estas historias fueron la base para identificar a quienes hoy se encuentran esperando procesos con la justicia peruana. "Hemos tenido duros golpes al 'Tren de Aragua' en Arequipa. Se están expandiendo y nosotros tenemos la obligación de evitar que se expandan", dijo el fiscal superior. De momento, todavía hay tarea pendiente para terminar con este círculo de explotación.

9 octubre 2023

Actualizado el : 10 octubre 23 | 9:08 am

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