El chimpancé había sido capturado por un narcotraficante en Colombia.
Un chimpancé que fue rescatado de las manos de un narcotraficante, quien lo tenía como símbolo de estatus, fue puesto en libertad en el santuario animal Sorocaba, en Sao Paulo (Brasil).
Yoko, como fue apodado por sus rescatistas, fue capturado y vendido en Colombia cuando era tan solo un bebé. El chimpancé vivió durante esos años en un departamento rodeado de lujos, donde aprendió comportamientos humanos. Incluso, aprendió a fumar y montar moto. Sin embargo, tras la muerte del narcotraficante que lo tenía en su poder, fue trasladado a un circo.
En su nuevo hogar fue víctima de constantes maltratos y vivía en condiciones deplorables. Incluso era recluido dentro de un contenedor. Más adelante, fue rescatado por las autoridades cuando se encontraba en la frontera entre Colombia y Venezuela.
En 2018, tras recuperar su salud en un hogar de fauna en Calia, fue enviado al Bioparque Ukumarí, donde vivió por siete años más. Sin embargo, pese a que compartió su hogar junto a otros dos ejemplares, fue el único en quedarse en Ukumarí, ya que los demás tuvieron que ser sacrificados tras escapar de su lugar de cautiverio en julio del 2023.
Al quedarse solo, las autoridades impulsaron las gestiones correspondientes para trasladarlo a un espacio donde conviviera con otros de su especie.
El proceso para trasladar a Yoko hacia el santuario Sorocaba demoró aproximadamente un año y requirió la colaboración de múltiples entidades públicas y privadas. La operación para la reubicación del primate recibió el nombre de «Arca de Noé».
El santuario Sorocaba, gestionado por el Proyecto Gran Simio, se ofreció a recibir al chimpancé para garantizar una mejor vida y desenvolvimiento junto a otros chimpancés rescatados.
Yoko viajó dentro de una caja con orificios y acompañado del veterinario Javier Guerrero, quien realizó el monitoreo necesario desde el Bioparque Ukumarí.
«Es un chimpancé muy humanizado, su grado de amansamiento es muy alto (…) básicamente se comporta como un niño, cosa que no debería ser así, porque debería comportarse como un chimpancé», dijo el especialista.
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