Los comicios culminan un convulso período de dos años en los que Chile vivió un estallido social, empezó a redactar una nueva Constitución y lidió con la pandemia del COVID-19.
SANTIAGO, 21 nov (Reuters) – Los candidatos que se disputarán la presidencia de Chile en el balotaje del 19 de diciembre dejaron claro en la noche del domingo que en la elección estarán en juego proyectos diametralmente opuestos.
«Vamos a elegir entre libertad y comunismo», afirmó el conservador José Antonio Kast, ganador de la primera vuelta, a sus seguidores. «Hoy hemos interpretado a una mayoría de chilenos que quiere un país tranquilo y seguro. Llegó la hora de que recuperemos Chile».
Rápidamente, el segundo en los comicios, el abanderado de la izquierda Gabriel Boric, aseguró en su discurso ante sus partidarios que está embarcado en una «cruzada» para que «la esperanza le gane al miedo».
Con el 97,52% de los votos escrutados en una jornada marcada por las largas filas de espera ante las urnas y el fuerte calor que vivió gran parte del país, Kast logró el 27,93% de los sufragios, contra el 25,76% de Boric.
«Creo que la posibilidad de que Kast gane la elección presidencial hoy día es muy grande. Kast tendría que cometer errores muy importantes en las próximas tres semanas para perder la elección. Si no comete errores, se ve muy difícil que Boric le pueda ganar», dijo el politólogo Gonzalo Cordero.
«Todo es efecto de la polarización. El cambio que proponía Boric (…) empezó a generar incertidumbre en los ciudadanos, sobre todo en sectores socioeconómicos medios, gente de más edad y pequeños empresarios», indicó Miguel Ángel López, profesor del Instituto de Asuntos Públicos y del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
«Esto hizo que gran parte de la derecha que se había movido al centro, se cambiara y se moviera más hacia Kast, que presentó un discurso más de derecha tradicional (…) vinculada a valores tradicionales, noción de orden y desarrollo», agregó.
Tanto Kast como Boric empezaron a cortejar a los votantes más centrados en la misma noche del domingo.
Si Kast, líder del Partido Republicano, saludó en su extenso discurso al derrotado candidato de la centroderecha oficialista, Sebastián Sichel, en un guiño a los votantes más moderados, el exlíder estudiantil de 35 años tendió la mano a todos los que no le votaron y animó a sus seguidores a «escuchar y entender sus temores y sueños y por qué escogieron otras alternativas».
Una de las grandes sorpresas de la jornada fue el tercer lugar que conquistó el economista liberal Franco Parisi, que hizo toda su campaña de manera virtual desde Estados Unidos, sin pisar Chile. Con el 12,88% de los sufragios, sus votantes serán claves en la segunda vuelta.
«¿Qué tanto control tiene Parisi sobre sus votantes? Es muy probable que eso no se pueda endosar. Son votantes que votan por una persona, es difícil que él diga ‘doy el apoyo de las personas que votaron por mí'», señaló López. «Yo creo que habrá un porcentaje grande de personas que se abstendrá de votar en segunda vuelta».
Los grandes derrotados fueron los dos bandos que rigieron los destinos del país desde el retorno de la democracia en 1990: el legado centroizquierdista de la Concertación representado por Yasna Provoste y el centroderecha liderado por Sichel. Los chilenos dieron certificado de defunción a ambos conglomerados, al menos de forma temporal.
Sichel -que hace pocas semanas llegó a encabezar los sondeos de opinión- acabó cuarto en los comicios con el 12,71% de los apoyos, seguido en quinto lugar por Provoste, con un 11,64%.
Según el análisis de Cordero, Kast necesitaría el 60% «del universo que comprende Parisi, Sichel y Provoste» para llegar al Palacio de La Moneda. «Yo creo que los votos de Sichel los tiene prácticamente todos, y de los votos de Parisi creo que tiene más de la mitad». También ganaría apoyo entre los adherentes de Provoste.
Los comicios presidenciales culminan un convulso período de dos años en los que Chile vivió un estallido social, empezó a redactar una nueva Constitución y lidió con la pandemia del COVID-19.
En la jornada también se renovaron los 155 miembros de la Cámara de Diputados y 27 de los que serán 50 senadores, además de los consejeros regionales. Los resultados de la centroderecha estuvieron muy por encima de sus recientes desempeños, conformando un atomizado tablero político para los próximos años, a la espera de los resultados de los trabajos de la Convención Constitucional.
Te puede interesar:
También te puede interesar