El suboficial Carlos Ángeles Milla, de 31 años, era rescatista de animales abandonados y sus compañeros de la Policía lo recuerdan como un hombre servicial, alegre y de elevada sensibilidad.
Los restos del suboficial Carlos Enrique Ángeles Milla, quien murió de un disparo en la cabeza cuando intentaba capturar a dos sicarios, son velados en su casa del distrito de El Porvenir en Trujillo. Está previsto que hoy sea homenajeado por la Policía Nacional y luego será sepultado en Áncash, de donde es oriundo.
El Policía ,de 31 años, es el segundo de cuatro hermanos, deja en orfandad a una niña de tres y a su esposa embarazada de siete meses. De acuerdo a la familia y a sus compañeros de trabajo, era un hombre generoso, servicial y de una elevada sensibilidad por los animales y las personas más vulnerables.
Con respecto a su faceta como rescatista de animales abandonados, hay fotos en sus redes sociales que dan cuenta de un rescate a una perrita con seis crías durante la pandemia en el distrito de Laredo.
Carlos Ángeles había planificado para el 8 de julio un babyshower en su casa. Incluso había invitado a sus compañeros de trabajo, amigos y familiares, pues su esposa está a solo unos meses de dar a luz. Ahora la Policía concentra sus esfuerzos en capturar a los responsables del crimen.
De acuerdo al jefe de la Divincri, Giovanni Osorio, el suboficial estaba a punto de retornar a su casa y se hallaba en el interior de su coche cuando fue testigo de un homicidio: dos sicarios a bordo de una motocicleta bajaron en la calle José Olaya del distrito de El Porvenir y ultimaron a un hombre, (al parecer, otro delincuente, debido a sus antecedentes de robo y sicariato).
Carlos Angeles decidió enfrentarse valientemente contra estos malhechores en su intento por capturarlos, pero una bala le cayó en la cabeza. Momentos más tarde cuando fue auxiliado por sus compañeros, los médicos del hospital donde estaba siendo atendido reportaron su deceso.
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