Los Olivos: vecinos temen desborde del río Chillón por llegada de ‘El Niño’

La cantidad de basura y desmonte que se ha acumulado en los últimos días en las laderas del río Chillón, en Los Olivos, ha hecho que los vecinos teman que podrían repetirse los desbordes que ocurrieron a inicios de año a causa del clima.

Cansado de la situación, un habitante de la zona cuenta a Latina Noticias que, de ocurrir un desborde, “la basura llegará a las casas y nosotros vamos a tener que vivir en medio de ella”.

Otro vecino agrega que, hace unos años, las autoridades ediles prometieron la descolmatación del río en la jurisdicción, así como la construcción de un muro de contención y una compuerta. No obstante, a la fecha, el alcalde Felipe Castillo no lo ha cumplido.

“Además de la contaminación orgánica, también hay contaminación química”, subraya otro habitante.

Aparte de pedazos de cartón y plástico, en la zona se hallaron mayólicas y otros residuos. Según los vecinos, vendedores de mercados aledaños y algunas industrias también botan sus desechos cerca al río.

“Aquí en Los Olivos no hay fiscalización ambiental”, enfatiza otro residente, y agrega que la responsabilidad de la situación actual son las autoridades de las municipalidades de Los Olivos y Puente Piedra, que hasta el momento no actúan como se espera.

Existen hoy unas 750 viviendas en las laderas del río Chillón y son las que principalmente se verían afectadas ante el anunciado regreso del Fenómeno del Niño.

¿ QUÉ ES EL FENÓMENO DE EL NIÑO COSTERO ?

El fenómeno conocido como El Niño costero se trata de un evento climático caracterizado por un aumento inusual de la temperatura del agua en el océano Pacífico, cerca de la costa de Sudamérica. Este fenómeno se produce cuando los vientos que normalmente empujan las aguas cálidas hacia el oeste se debilitan o cambian de dirección.

La consecuencia directa de este calentamiento oceánico es la alteración del clima, manifestándose en cambios en los patrones de lluvia, temperatura y viento. Es importante tener en cuenta que, aunque el fenómeno de El Niño costero sigue un ciclo predecible, cada evento puede variar en intensidad y duración.