Los vecinos desesperados eran testigos de cómo las llamas se expandían rápidamente entre sus casas, las que tuvieron que abandonar para ponerse a salvo.
El incendio devoró 600 viviendas en la ciudad de Manaos y dejó un total de 150 familias damnificadas. Aunque no se registraron víctimas mortales, los residentes lo perdieron todo.
De acuerdo con las autoridades, el siniestro se produjo por la explosión de una olla a presión. Tras varias horas de intenso trabajo, los bomberos controlaron el fuego. Lamentablemente el panorama para los habitantes luce devastador pues aunque intentan encontrar algo en medio de los escombros, todo quedó reducido a cenizas.
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