La prueba de su último misil balístico intercontinental "Hwasong-18", es considerado el núcleo de su fuerza de ataque nuclear y una advertencia a Estados Unidos y otros adversarios.
El Hwasong-18 es el primer ICBM (misil balístico) de Corea del Norte que utiliza propelentes sólidos (material que se utiliza en cohetes y misiles para generar la energía necesaria para su impulso), lo que permite un despliegue más rápido de los misiles durante una guerra. Fue probado por primera vez en abril de este año.
Para las autoridades de Corea del Norte, esto representa un importante avance en el programa de misiles del país y subrayan su determinación en el desarrollo de capacidades nucleares. El uso de propelentes sólidos en el Hwasong-18 aumenta la capacidad de lanzamiento y permite a Corea del Norte desplegar rápidamente sus misiles en caso de conflicto.
Sin embargo, la comunidad internacional ha condenado enérgicamente esta acción, ya que viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que prohíben las pruebas de misiles balísticos por parte de Corea del Norte.
En ese sentido, El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha calificado el reciente lanzamiento de misiles de Corea del Norte como «inaceptable» y una clara amenaza para la estabilidad regional y la comunidad internacional. Durante la reunión cumbre de la OTAN, Kishida expresó su preocupación por las acciones del país liderado por Kim Jong Un.
Este último desarrollo en el programa de misiles de Corea del Norte plantea nuevos desafíos de seguridad para la comunidad internacional. La capacidad de Corea del Norte para desarrollar y desplegar misiles balísticos intercontinentales representa una seria amenaza para la paz y la seguridad global. Se espera que se intensifiquen los esfuerzos diplomáticos y de diálogo para encontrar una solución pacífica y lograr la desnuclearización completa de la península coreana.
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