Actual vicepresidenta de Argentina también fue inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos tras la sentencia del Tribunal Federal 2 de Buenos Aires.
BUENOS AIRES, 6 dic (Reuters) – La poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió una condena de seis años de cárcel e inhabilitación para ejercer cargos públicos el martes en un resonante caso de corrupción conocido como «Vialidad«, aunque la sentencia quedaría en suspenso tras la prevista apelación.
Fernández de Kirchner, presidenta entre 2007 y 2015, no irá a prisión hasta que la sentencia esté firme y por contar con fueros. Sin embargo, la decisión de la Justicia generará más incertidumbre en un país que atraviesa una crisis económica y un fuerte antagonismo político.
En la lectura del veredicto, el Tribunal Federal 2 de la ciudad de Buenos Aires consideró a la dirigente «autora penalmente responsable del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública».
Por otro lado, el tribunal absolvió a la dirigente del delito de asociación ilícita, en un caso en el que se investigaba un mecanismo de corrupción durante los gobiernos de Fernández. En este, se entregaban contratos de obras públicas a un empresario cercano, Lázaro Báez, quien después devolvía el dinero al matrimonio Kirchner.
Báez fue también condenado el martes a seis años de prisión.
«Está claro que la idea era condenarme (…) Esto es un Estado paralelo y mafia judicial», señaló tras conocerse el veredicto la vicepresidenta, quien consideró que no se respetaron las garantías constitucionales en el proceso y sugirió que apelará el fallo.
Cristina Fernández es la dirigente más popular de la alianza oficialista de centroizquierda. No obstante, el próximo año enfrentará unos comicios que, según los sondeos, podría perder en manos de la oposición de centroderecha.
Con una condena firme en contra, la actual vicepresidenta no podría postularse, aunque todo el proceso podría demorar años tras la esperada apelación del fallo.
Según Luciani, la estructura delictiva la montó Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández, quien falleció en 2010 tras gobernar el país entre 2003 y 2007.
Mientras que los detractores de Fernández de Kirchner descuentan los casos de corrupción, los defensores de la vicepresidenta -que aún cuenta con un respaldo cercano al 25% de la población- consideran que la exmandataria es víctima de una persecución judicial.
Miles de militantes con bombos y banderas de apoyo a Cristina Fernández se manifestaron en las afueras del edificio de Justicia, en Buenos Aires, luego de conocerse el veredicto. Este podría ampliar el fuerte antagonismo entre el oficialismo y la oposición, que los argentinos llaman «grieta».
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