Casas y carreteras en destrucción, zonas inundadas y cuerpos rescatados sin vida forman parte del devastador del panorama en las islas de Java y Sumatra que dejó el poderoso tsunami que golpeó a Indonesia hace unos días. Casi 1.500 personas resultaron heridas y más de 21.000 han sido evacuadas a terrenos más altos.
Brigadas de socorristas, apoyados por equipos de rescate, trabajan por varias horas removiendo los escombros con la esperanza de encontrar a más desaparecidos. Debido a su intensa labor, el número de muertos se ha elevado masivamente, más de mil resultaron heridos y aún hay muchos de los cuáles se desconoce su paradero.
Por su parte, las autoridades del país pidieron a la población permanecer alejados de las playas pues podría haber un segundo tsunami como el que sorprendió en el concierto de la banda Seventeen el último fin de semana.
El último desastre, que se produjo durante la temporada navideña, trajo a la memoria el tsunami del océano Índico provocado por un terremoto el 26 de diciembre de 2004, en el que murieron 226.000 personas en 14 países, incluidas más de 120.000 en Indonesia.
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