El Gobierno ha llamado reiteradamente al diálogo, pero los líderes indígenas han impuesto como condición frenar la represión de la fuerza pública y derogar el estado de excepción.
QUITO, 23 jun (Reuters) – El gobierno de Ecuador accedió el jueves a una demanda de los manifestantes indígenas que han llevado adelante 11 días de protestas, dándoles acceso a un centro cultural, pero los enfrentamientos violentos continuaron durante las marchas.
La inquietud por los precios del combustible, los alimentos y otros artículos básicos ha estallado en protestas, lideradas por la organización indígena CONAIE, a veces violentas desde el 13 de junio, lo que llevó al presidente Guillermo Lasso a declarar un estado de excepción en seis provincias, incluida la capital, Quito.
La masiva protesta está poniendo a prueba la capacidad de Lasso para reactivar la economía y poner en marcha el empleo. El mandatario tiene una relación de confrontación con la Asamblea Nacional, cuyos legisladores han bloqueado sus propuestas, y está luchando para contener la creciente violencia que atribuye a las bandas de narcotraficantes.
El Gobierno ha llamado reiteradamente al diálogo, pero los líderes indígenas han impuesto como condición frenar la represión de la fuerza pública y derogar el estado de excepción.
«El estado de excepción no es posible levantarlo», dijo el ministro del Gobierno, Francisco Jiménez, a una radio local.
El presidente está cumpliendo con otras de las solicitudes de los indígenas, dijo el ministro, incluidos los fertilizantes subsidiados, la condonación de las deudas bancarias vencidas y el aumento de los presupuestos para salud y educación.
El Gobierno permitió el jueves que miles de manifestantes ingresaran a la sede de una importante organización cultural y retiró a las fuerzas de seguridad del lugar. A cambio pedían que se permitiera la libre circulación de personas y bienes como alimentos y medicinas.
«Nosotros no venimos a poner muertos, no venimos a poner heridos», dijo Leonidas Iza, líder de la CONAIE ante los manifestantes, al insistir en una respuesta a sus diez pedidos.
Pese al gesto, los enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública continuaron la tarde del jueves en Quito y un nutrido grupo de contramanifestantes se concentró en el norte de la ciudad para exigir el fin de los bloqueos.
Durante las protestas, los manifestantes han ingresado a fincas de flores y bloques petroleros, causando daños en algunos lugares e impactando en la producción de crudo.
La petrolera estatal Petroecuador informó que su producción se ha reducido casi a la mitad debido a las protestas.
«Hemos perdidos centrales de generación, oleoductos secundarios, estaciones de recolección y el mismo oleoducto transecuatoriano (SOTE) se encuentra sin crudo que pueda bombear», agregó Cedeño. «Ya la mitad de nuestra producción está parada, ya la mitad de nuestros pozos están cerrados».
El Ministerio de Energía declaró el fin de semana fuerza mayor sobre las operaciones petroleras de Ecuador.
Los líderes de las protestas han denunciado una fuerte represión policial. Un manifestante identificado como Byron Guatatoca ha fallecido después de ser golpeado en la cabeza por un bote de gas lacrimógeno, según una alianza por derechos humanos.
Otro manifestante murió la semana pasada después de caer a un barranco, y el Ministerio de Salud dijo que dos personas murieron en ambulancias retrasadas por bloqueos de carreteras.
La presidencia de Ecuador informó la noche del miércoles que Lasso dio positivo para COVID-19.
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