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La violencia no cesa en el país llanero, por tercer día consecutivo los opositores al gobierno de Nicolás Maduro salieron nuevamente a las calles. En Caracas se registraron alrededor de 15 manifestaciones que terminaron en disturbios cuando la Policía bolivariana comenzó a lanzar disparos y gases lacrimógenos.

 

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social el número de víctimas mortales aumentó y la mayoría fueron por arma de fuego. Estos decesos se registraron en los estados de Táchira, Barinas, Portuguesa, Amazonas y Bolívar.

 

En medio de la ola de movilizaciones, maduro se presentó ante el Tribunal Supremo de Justicia, donde recibió el respaldo de los magistrados tras la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como presidente interino. El mandatario aprovechó para asegurar que jamás renunciará a su cargo y habló del futuro de la embajada venezolana en EE.UU.

 

Por su parte, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió el viernes una investigación independiente sobre el presunto uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad y sus milicias en Venezuela, citando reportes de al menos 20 muertos esta semana.

 

Además, más de 350 personas habrían sido detenidas durante las protestas registradas desde que el líder opositor Juan Guaidó se autojuramentó presidente interino, desafiando al mandatario Nicolás Maduro, afirmó.

 

«Temo muchísimo que la situación en Venezuela pueda salirse rápidamente de control, con consecuencias catastróficas», declaró Bachelet, expresidenta de Chile, en un comunicado emitido desde Ginebra.

 

 

«Cualquier incidente violento resultante en muerte o heridas debería estar sujeto a una investigación independiente e imparcial para determinar si hubo un uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, o si han cometido delitos miembros de grupos armados, sean progubernamentales o de otro signo», señaló.

 

Bachelet instó a los líderes políticos venezolanos a que dialoguen para desactivar «la atmósfera cada vez incendiaria» generada por una profunda crisis social, política y económica.

 

La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, dijo que está supervisando la situación, pero no ha detectado aún un aumento en el flujo de salidas de personas. La ONU advirtió el mes pasado que 2 millones de venezolanos podrían sumarse en 2019 a los 3 millones que ya han abandonado el país huyendo de la crisis.

 

«Nos estamos preparando aún para cualquier cambio potencial en el número de refugiados y migrantes que dejan Venezuela», dijo la portavoz de ACNUR, Liz Throssell, a los medios. «Hasta ahora hemos visto que los movimientos de población han seguido constantes desde el año pasado, y eso es un promedio de 5.000 venezolanos que dejan su país a diario», agregó.

 

Muchos salen por la frontera con Colombia para dirigirse a Perú o Ecuador, dijo. «Hemos visto un número significativo de personas que necesitan urgentemente protección internacional de refugiados y asistencia humanitaria», declaró.

 

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