Gabriel Boric asumió como Presidente de Chile y habla de «desafíos»

El gobierno de Boric marca un giro a la izquierda en el país sudamericano tras prometer reformas sociales y económicas.

Gabriel Boric asumió como Presidente de Chile y habla de «desafíos»

Por Alexander Villegas y Natalia A. Ramos Miranda

VALPARAÍSO, Chile, 11 mar (Reuters) -El nuevo presidente chileno Gabriel Boric dijo que espera que su gobierno esté a la altura de los «desafíos» que enfrentará en los próximos años, poco después de asumir el mando como el mandatario más joven en la historia del país sudamericano.

Tras la ceremonia en la sede del Congreso en Valparaíso, a unos 100 kilómetros al oeste de Santiago, el flamante mandatario recorrió las calles del puerto a bordo del tradicional Ford Galaxie donde los presidentes chilenos son trasladados desde la década de 1970, que por primera vez fue conducido por una mujer.

«Sepan que vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país», dijo brevemente al salir del Congreso.

«Es difícil encontrar las palabras», añadió. Su primer discurso será al final de la tarde del viernes desde el palacio presidencial de La Moneda, en Santiago.

En su recorrido hasta la residencia de veraneo de los presidentes en Cerro Castillo, en la vecina ciudad de Viña del Mar, Boric saludó a adherentes que se congregaron en las calles para celebrar su llegada al poder.

El gobierno de Boric marca un giro a la izquierda en el país sudamericano tras prometer reformas sociales y económicas y aprovechar la ola de insatisfacción de los votantes con el statu quo político.

Exlíder de protestas estudiantiles y legislador con tatuajes, que no usó corbata durante la ceremonia presidencial, Boric supone un cambio radical con respecto al multimillonario saliente Sebastián Piñera. De 36 años recién cumplidos, ha despertado la esperanza entre los progresistas, así como el temor de que las décadas de estabilidad económica de Chile sean atacadas.

«Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí, prometo», dijo el nuevo mandatario durante el acto oficial, que tuvo entre sus invitados al presidente de Argentina, Alberto Fernández, el de Perú, Pedro Castillo y el de Bolivia, Luis Alberto Arce, así como el rey Felipe de España, entre otros.

El gabinete de Boric, con mayoría de mujeres, también juró el viernes después de que él tomara la banda presidencial.

«Tengo un gran cariño por Chile, con Gabriel tenemos un afinidad muy grande sobre la mirada del presente y los desafíos del futuro con lo cual creo que todo va a ser muy fácil», dijo Fernández tras la ceremonia, que tuvo un número limitado de 500 asistentes debido a la pandemia de coronavirus.

Más temprano, un Congreso renovado inició el año legislativo y eligió a los líderes de ambas cámaras, el socialista Álvaro Elizalde en el Senado y el socialdemócrata Raúl Soto en Diputados.

Boric, a la cabeza de una amplia coalición de izquierda que incluye al Partido Comunista, ha prometido revisar un modelo económico basado en el mercado para luchar contra la desigualdad que provocó violentas protestas en 2019, aunque ha moderado su ardiente retórica en los últimos meses.

Asumió el cargo -por un periodo de cuatro años- enfrentándose a una desaceleración económica, una alta inflación y un Congreso dividido que pondrá a prueba su capacidad de negociación para impulsar reformas en salud y pensiones, al tiempo que endurece la regulación medioambiental.

La llegada al poder de Boric marca una encrucijada para Chile, durante mucho tiempo bastión del libre mercado y la responsabilidad económica en la volátil Sudamérica. El país está reformulando su Constitución de la época de Augusto Pinochet, que ha apuntalado el crecimiento, pero a la que se acusa de fomentar la desigualdad.

Marigen Vargas, de 62 años, viajó toda la noche para estar el viernes frente al Congreso. Con un cartel donde se leía una famosa frase del presidente socialista Salvador Allende, derrocado por el golpe militar de Augusto Pinochet, dijo que es primera vez que asistía a un cambio de mando.

Boric «me recuerda a Allende pero ojalá que tenga un final feliz», dijo a Reuters. «Es como empezar de nuevo».

«Queremos un Chile más unido, más feliz», añadió, con una bandera con el rostro del joven presidente en la mano.

Pero las grandes esperanzas de la ciudadanía pueden chocar rápidamente con un electorado y una legislatura divididos entre la derecha y la izquierda. La delincuencia, la inmigración y los derechos de los pueblos indígenas son temas que hacen que el gobierno de Boric tenga una bandeja de entrada llena.

(Reporte de Alexander Villegas; reporte adicional de Natalia Ramos y Fabián Cambero)

11 marzo 2022

Actualizado el : 11 marzo 22 | 8:13 pm

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