Una chaqueta blanca con la insignia de un instituto de enfermería fue el primer eslabón de la investigación que identificó el cadáver de Marisol Estela Alva, la joven estudiante de enfermería que apareció muerta dentro de un cilindro lleno de cemento.
“El primer elemento indiciario siempre será la ropa del muerto, la marca la inscripción en la prenda podría explicarnos de quién se trata esta persona”, explicó el forense Noé Vizcarra.
El asesino o asesinos de Sol utilizaron cemento para borrar todo rastro y evidencia que los delate. Un error que terminó ayudando a revelar a los peritos en criminalística quién era la mujer que se encontraba dentro del cilindro, pues el cemento con el tiempo momifica y conserva el cadáver.
“Va a evitar que el proceso de descomposición sea más acelerado. Como los restos están conservados va a ayudar a determinar cuál fue la causa de muerte y el objeto que la causó”, detalló el forense.
Un cuerpo en concreto puede preservar sus características para identificarlo, como pasó con el hallazgo del cuerpo de Guillermo Sarango en un bloque de cemento en su azotea después de 7 años de su muerte, encontrado en enero de 2018 en Ventanilla.
Según Noé Vizcarra, médico forense, por las características del cadáver de Marisol Estela la muerte habría ocurrido el fin de semana. “Por las características, colores cromáticos y morfológicos que presentan los restos, guardan relación con la fecha de entre viernes y sábado”, explicó el médico.
Siempre la ropa será el primer indicio, para que los cuerpos sean identificados, luego el cotejo dactilar mediante el sistema AFIS, de no encontrar la identidad, continúa el odontológico, superposición de imágenes, radiológico y por último el genético en busca del ADN.
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