Steve Jobs: cómo una simple pregunta cambió su vida y puede cambiar la tuya

Steve Jobs, fundador de Apple y Pixar, se hacía una pregunta todos los días que le ayudaba a enfocarse en sus objetivos y a tomar decisiones difíciles.

¿Qué harías si hoy fuera el último día de tu vida? Esta es la pregunta que se hacía Steve Jobs todos los días al mirarse al espejo, según reveló en su famoso discurso en la Universidad de Stanford en 2005. El fundador de Apple aseguró que esta simple pregunta le ayudó a superar los momentos más difíciles de su vida y a enfocarse en lo que realmente le importaba.

Jobs explicó que se hacía esta pregunta desde que tenía 17 años, cuando leyó una cita que decía: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Esta frase le impactó tanto que decidió adoptarla como un hábito diario. Así, cada mañana se preguntaba a sí mismo: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?”.

Si la respuesta era “no” durante demasiados días seguidos, sabía que tenía que cambiar algo. Esta pregunta le sirvió para tomar decisiones cruciales en su carrera, como abandonar la universidad, fundar Apple, crear el iPhone o volver a la compañía tras ser despedido. También le ayudó a afrontar su diagnóstico de cáncer y a vivir cada día con pasión e intensidad.

Pero, ¿cómo podemos aplicar esta pregunta en nuestra vida diaria? Según los expertos, se trata de un ejercicio de reflexión que nos puede motivar a perseguir nuestros sueños, a priorizar lo que nos hace felices y a eliminar lo que nos resta energía o nos distrae de nuestros objetivos. Además, nos puede hacer más conscientes del valor del tiempo y de la importancia de vivir el presente.

Para poner en práctica este hábito, podemos seguir estos pasos:

  • Cada mañana, al despertarnos, nos hacemos la pregunta: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?”.
  • Si la respuesta es “sí”, seguimos con nuestra rutina normal y disfrutamos de cada momento.
  • Si la respuesta es “no”, nos preguntamos por qué no queremos hacer lo que tenemos planeado y qué podríamos hacer para cambiarlo.
  • Si se trata de algo puntual o inevitable, como una tarea aburrida o una obligación ineludible, buscamos la forma de hacerlo más llevadero o de compensarlo con algo positivo después.
  • Si se trata de algo recurrente o insatisfactorio, como un trabajo que no nos gusta o una relación tóxica, nos planteamos qué alternativas tenemos para mejorar nuestra situación y qué pasos podemos dar para lograrlo.
  • Al final del día, hacemos un balance de cómo nos hemos sentido y qué hemos aprendido. Si hemos conseguido hacer algo que nos acerca a nuestros sueños o que nos hace felices, nos felicitamos por ello. Si no, nos preguntamos qué podemos hacer al día siguiente para cambiarlo.

Siguiendo este método, podemos convertir esta pregunta en un poderoso motor de cambio y crecimiento personal.

Tal como dijo Steve Jobs: “Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior. Y lo más importante: ten el coraje de seguir tu corazón y tu intuición”.

30 agosto 2023

Actualizado el : 30 agosto 23 | 7:23 pm

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