Muchos migrantes, entre ellos alrededor de 200 niños, se encuentran en la Línea de la Concordia, sin tener acceso ni al Perú ni a Chile.
Los niños, desde pequeños a adolescentes, duermen en aulas que sirven de dormitorios improvisados. La mayoría no tiene dónde volver porque sus casas fueron quemadas.
Atender a la gran cantidad de migrantes es actualmente uno de los principales retos de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.