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La actividad física es uno de los pilares fundamentales para mantener una buena salud, tanto física como mental. Caminar es una forma sencilla y accesible de ejercitarse, que además reporta múltiples beneficios para el cerebro. Pero, ¿cuántos pasos al día son necesarios para mejorar la salud cerebral?

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Según el Centro de Control de Enfermedades Estadounidense (CDC), la recomendación general es andar unos 10.000 pasos al día para la mayoría de los adultos. Sin embargo, esta cifra puede variar según la edad, el estado de salud y los objetivos personales de cada uno. Recordemos ese dicho de que «cada persona es un mundo». Aquí también se cumple.

Un estudio reciente publicado en la revista JAMA Network Open encontró que caminar al menos 7.500 pasos al día se asociaba con un menor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y demencia en personas mayores de 60 años. Los investigadores analizaron los datos de más de 2.000 participantes durante 10 años y observaron que aquellos que caminaban más tenían mejores resultados en las pruebas de memoria, atención y lenguaje.

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Otra investigación realizada por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) demostró que caminar entre 4.000 y 6.000 pasos al día podía aumentar el grosor de la corteza cerebral, la capa externa del cerebro que se encarga de procesar la información sensorial y cognitiva. Los autores del estudio sugieren que caminar podría ayudar preservar la estructura y la función cerebral, especialmente en las personas con mayor riesgo de padecer Alzheimer.

Estos hallazgos se suman a la evidencia científica que respalda los efectos positivos de caminar sobre el cerebro. Algunos de estos beneficios son:

1. Mejora el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al cerebro, lo que favorece la generación de nuevas neuronas y conexiones sinápticas.
   
2. Estimula la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, que regulan el estado de ánimo, la motivación y el aprendizaje.
   
3. Reduce el estrés y la ansiedad, al activar el sistema nervioso parasimpático, que promueve la relajación y el bienestar.
   
4. Fortalece la memoria y la atención, al potenciar la actividad de la región del hipocampo, que está involucrada en el almacenamiento y la recuperación de la información.
   
5. Previene el deterioro cognitivo y la demencia, al proteger al cerebro de la inflamación, el estrés oxidativo y la acumulación de proteínas tóxicas.

Caminar es una actividad que puede incorporarse fácilmente a la rutina diaria, sin necesidad de equipos especiales ni de mucho tiempo. Basta con elegir un ritmo cómodo y constante, y procurar hacerlo al menos tres veces por semana. También se puede aprovechar para salir al aire libre, disfrutar de la naturaleza y socializar con otras personas, lo que aporta beneficios adicionales para la salud cerebral.

En conclusión, caminar es una forma simple y efectiva de cuidar el cerebro y prevenir el envejecimiento cognitivo. Si bien no hay una cantidad exacta de pasos al día que garantice una óptima salud cerebral, se recomienda seguir las pautas generales de actividad física y adaptarlas a las necesidades y capacidades de cada uno. Lo importante es mantenerse activo y disfrutar del movimiento.