La modelo, de origen iraní, reaccionó de esta manera ante el acoso cibernético que sufrió en las últimas horas.
La coronación de Apameh Schönauer como la nueva «Miss Alemania» ha desatado una oleada de reacciones diversas, que van desde la admiración hasta el rechazo. Con 39 años, arquitecta de origen iraní y activista por la integración, Schönauer desafía los estereotipos convencionales de la belleza y la profesión de modelo. Sin embargo, su elección como ganadora del concurso, ahora denominado «Premio Miss Alemania», refleja un cambio significativo en los criterios de selección, priorizando la personalidad, los valores y el compromiso social sobre aspectos físicos superficiales.
En medio de la celebración de su victoria, Schönauer se enfrenta a una campaña de acoso en las redes sociales, donde es objeto de burlas e insultos por su edad, su apariencia y sus orígenes étnicos. A pesar de ello, ella se mantiene firme en su compromiso por la igualdad de género y el respeto a la diversidad.
Como madre de dos hijos y fundadora de la red Shirzan, que aboga por los derechos de las mujeres, Schönauer ve su participación en el concurso como una oportunidad para ser un modelo a seguir, especialmente para su hija.
El camino de Schönauer hacia la coronación no ha sido fácil. Como inmigrante iraní en Alemania, ha enfrentado desafíos y discriminación, pero ha demostrado una determinación inquebrantable para alcanzar sus metas. Su éxito desafía los prejuicios de la extrema derecha y de aquellos que cuestionan la capacidad de integración de los inmigrantes en la sociedad alemana.
La solidaridad expresada por el director del concurso y la comunidad iraní hacia Schönauer refleja un apoyo significativo en medio de la controversia. Su elección como Miss Alemania representa más que un título de belleza; es un símbolo de esperanza y empoderamiento para las mujeres, especialmente para aquellas de origen étnico diverso, que buscan hacerse un lugar en la sociedad y desafiar los estereotipos de género.
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