El jugador de Vélez Sarsfield, Ricardo Centurión, brinda alarmantes declaraciones sobre su salud mental.
Ricardo Centurión goza de un talento futbolístico inigualable. Pese a ello, el talento que le dio fama y sostenibilidad también le trajo problemas.
Actualmente, el extremo argentino se encuentra en las filas del Vélez Sarsfield. Pese a ello, el técnico, Alexander Medina, no lo toma en cuenta.
Centurión, en su momento considerado de los mejores de la Superliga Argentina, ha atravesado por problemas físicos y emocionales que lo han apartado de los campos.
Y aunque lo futbolístico podría preocupar, lo alarmante no es su falta de minutos, sino las declaraciones a Radio La Red y que colocó, una vez más, la salud mental en el centro de la conversación.
“Me pusieron todos los días por la tarde para que no me cruce con el plantel profesional. Voy a las dos y media, entreno una hora y me vuelvo a mi casa. Mi vida es como lo era en la pandemia porque para un futbolista el fútbol lo es todo y cuando no lo tenés es como estar en pandemia”, comienza el argentino.
Pese a que parece cruel mantener alejado de sus compañeros a una persona con este tipo de problemas, Ricardo Centurión continuaría yendo aún más profundo con su declaración.
“Me cansé de la vida. Había agotado todo. Me sentía agobiado. Estuve con ataques de pánico, estuve desaparecido varios días. Necesitaba irme de todo. No me soportaba ni a mí mismo, era difícil“, afirma el exjugador de Boca Juniors.
Además, agrega que ni el cariño de su hija lo ha logrado apartar de tal profundo abismo en el que ha caído.
“Pensaba que el amor de mi hija me iba a hacer olvidar de un montón de cosas, pero el amor de un hijo es diferente a otro amor o a una pérdida. No lo pude soportar hasta mirarla a los ojos a mi hija. Mi hija está creciendo y me hago cargo», agrega ‘Ricky’.
Y por si fuera poco, como suele suceder en estos casos, la falta de empatía por parte de un entorno que desconoce este tipo de problemas hace que la situación empeore aún más.
“El problema es que a nosotros no nos escuchan. No nos hablan, no nos dicen ‘¿qué te pasa?’ Ni siquiera te putean. ‘¿Qué te anda pasando? No te lo dicen“, afirma Centurión. Unas declaraciones escalofriantes de cómo la depresión no es ajena a los deportistas de competencia.
Con 29 años, Ricardo no ha perdido ese talento para jugar al fútbol. Para regar cuanto rival se le cruce en el camino. Pero la fama y los excesos volvieron el sueño en una pesadilla. La caída de su rendimiento solo fue el inicio.
Desde su debut con Racing en el 2012, mostró ser el diferente en un fútbol argentino exportador de talentos. No le tomaría mucho salir al fútbol italiano y vestir, a préstamo, la camiseta del Genoa. No convenció y tuvo que regresar para tener una nueva aventura en Brasil con Sao Paulo, pero tras un año irregular terminó cedido en Boca Juniors.
En el cuadro ‘Xeneize’ se vio la mejor versión de Centurión. Encarador, definidor y desequilibrante. De los mejores de aquellos años en el fútbol argentino. Rendimiento que le dio un regreso a la Serie A, nuevamente en Genoa.
En Europa le costó adaptarse, por lo que tuvo que volver a Racing que lo terminó prestando al Atlético San Luis de la Liga MX, donde tampoco brilló.
Vélez volvió a traerlo a la Superliga Argentina esperando ver al Centurión visto en la Bombonera, pero no, sólo quedaban destellos. Las indisciplinas no fueron de ayuda para una carrera que iba en declive y que hoy espera encontrar su lugar.
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