El vínculo trascendió la cancha entre las dos leyendas del fútbol. Su relación con Johan Cruyff, llena de camaradería y admiración mutua, es un capítulo destacado en la historia del fútbol.
Hugo ‘Cholo’ Sotil dejó una huella imborrable en el fútbol peruano y mundial. A sus 75 años, su fallecimiento ha generado gran pesar, recordando su destacada trayectoria junto a figuras legendarias como Johan Cruyff. En su paso por el FC Barcelona, Sotil compartió tres temporadas con el astro holandés, entre 1973 y 1976, formando una dupla que marcó historia y estableciendo una amistad que trascendió más allá del fútbol.
El peruano llegó al Barcelona en 1973, proveniente del Deportivo Municipal, justo cuando Cruyff arribó al club catalán. Ambos se convirtieron en los primeros jugadores extranjeros en el equipo aquella temporada, en la que también destacaban figuras como Rexach, Asensi y Marcial. Sin embargo, la conexión entre Sotil y Cruyff fue especial, no solo en el campo de juego, sino también en la vida personal, al punto de que Sotil decidió nombrar Johan a su hijo, en honor al holandés.
Uno de los momentos más memorables de esta dupla ocurrió en 1974, cuando el Barça goleó 5-0 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, en una exhibición histórica que sigue siendo recordada por los aficionados culés. Sotil, con su gol de cabeza, y Cruyff lideraron aquella victoria que selló una de las mejores temporadas del club, coronándose campeones de la Liga tras 14 años de sequía.
A pesar de los éxitos, el destino separó a ambos jugadores. En 1974, la llegada de Johan Neeskens al Barça complicó la situación de Sotil, ya que las reglas solo permitían dos jugadores extranjeros por equipo. La directiva apostó por Cruyff y Neeskens, lo que relegó al “Cholo” al banquillo. Sin minutos suficientes y afectado por problemas personales, Sotil dejó el club en 1977 y regresó a Perú para jugar en Alianza Lima, donde retomó su carrera con éxito.
La amistad entre Sotil y Cruyff siempre estuvo marcada por el respeto mutuo y un cariño genuino. Años después, ambos se consolidaron como íconos en sus respectivos países, pero su etapa en el Barça sigue siendo recordada como un ejemplo de cómo el deporte puede unir a personas de culturas diferentes.
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