En las rebosantes estaciones del Metropolitano llaman la atención las gorras llaneras de venezolanos, quienes revelaron haber sido víctimas de discriminación y tocamientos indebidos a bordo.
La necesidad de un trabajo los lleva a utilizar un sistema de transporte que termina siendo poco amigable para ellos. «La gente te tropieza y no pide disculpas», confiesa uno de ellos.
Sin embargo, las ganas de superación siempre puede más. ¡No te pierdas este informe de Reporte Semanal!
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