Los adultos mayores de esta comunidad han emprendido la noble misión de enseñar su lengua originaria, costumbres, danzas y otras artes a las nuevas generaciones.
Entre las imponentes montañas de la serranía limeña existe un pueblito de calles empedradas, un lugar ancestral que parece arrancado de un cuento mágico realista. Aquí encontramos a Rosalbina, Ernestina y Rodrigo, los guardianes de la lengua Jaqaru, una de nuestras 48 lenguas indígenas y que hoy está en peligro de extinción.
“Las criaturas no quieren saber nuestro idioma, nosotros queremos que aprendan. Tanto les digo a las madres que enseñan, les digo, es bonito, pero no me hacen caso. Mi mamá desde chiquita me ha enseñado”, manifiesta Rosalbina.
«Yo me siento alegre, porque he nacido, he envejecido, bastante lo quiero mi Jaqaru, hasta que me vaya. Me siento alegre con los niños. Me siento orgullosa por mi lengua materna”, señala Rosalbina, quien, a sus 85 años, diariamente va a la escuela de su localidad para compartir cuentos, historias de su pueblo y enseñar la lengua Jaqaru a los niños.
Actualmente, son los adultos mayores de esta comunidad quienes han emprendido la noble misión de enseñar su lengua originaria, costumbres, platos típicos, confecciones textiles, danzas y otras artes a las nuevas generaciones.
Ernestina Payano tiene 80 años y es otra embajadora de los Jacaru, además nos explica que no existe ningún otro pueblo que hable esta lengua. “Desde 5 años mi mamá ya me hablaba en jaqaru y yo entendía. A los 7 años ya hablaba perfectamente. Mis tres hijos varones hablan jaqaru”, refiere.
Por su parte, Rodrigo Casas, de 83 años, también enseña Jaqaru. Incluso, hace algún tiempo, aprendió a confeccionar fajas artesanales, conocidas como marate. Hoy, instruye a otros sobre esta invaluable costumbre textil.
Tupe es una zona de pobreza extrema. Actualmente, 76 adultos mayores pertenecen al Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65 y reciben 250 soles cada dos meses. Como parte de la preservación de la lengua jacuru, desde 2013 se ha incluido la iniciativa Saberes Productivos, que impulsa la revitalización de lenguas y costumbres que están por extinguirse.
Estos adultos mayores, conocidos como los ‘guardianes jacaru’ son un libro abierto para la historia de nuestra patria.
Rosalbina, Ernestina y Rodrigo son adultos mayores con energía de jóvenes, con vitalidad para enseñar, para aprender, para caminar y para coleccionar piezas de arte que hoy forman parte del museo que han creado.
Estos son los ‘guardianes del jacaru’ que resguardan y extienden los conocimientos de su cultura milenaria, una cultura que nos hace amar más a nuestra patria.
Te puede interesar:
También te puede interesar