Su última aparición pública, marcada por un mensaje de esperanza y compromiso con los más vulnerables, cierra un pontificado de 12 años dedicado a la reforma y la inclusión.
El 20 de abril de 2025, Domingo de Pascua, el papa Francisco pronunció su último mensaje público durante la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Visiblemente debilitado y en silla de ruedas, saludó brevemente a los fieles: «Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua. El maestro de la ceremonia os leerá el mensaje».
El mensaje, leído por un colaborador debido al estado de salud del pontífice, fue publicado en el portal oficial del Vaticano y compartido a través de la red social X. «Cristo ha resucitado, ¡aleluya! Hoy en la Iglesia resuena finalmente el aleluya, se transmite de boca en boca, de corazón a corazón», con estas palabras, el sumo pontífice inició su discurso.
¡Cristo ha resucitado! En este anuncio está contenido todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida. #Pascua https://t.co/aN3MDjbOKI
— Apostolica Sedes Vacans (@Pontifex_es) April 20, 2025
El sermón fue un llamado apasionado a la paz y la dignidad humana. Francisco condenó la violencia en conflictos como Gaza, Ucrania y África, y denunció el antisemitismo creciente. También criticó la carrera armamentística global y exhortó a los líderes a priorizar la ayuda humanitaria sobre la militarización.
Subrayó que la paz no puede existir sin libertad religiosa, de pensamiento y expresión. «Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible», señaló.
Al día siguiente, este 21 de abril, el papa Francisco falleció a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, debido a complicaciones por una neumonía bilateral diagnosticada en febrero. Su última aparición pública, marcada por un mensaje de esperanza y compromiso con los más vulnerables, cierra un pontificado de 12 años dedicado a la reforma y la inclusión.
Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo su deseo de humildad y devoción a la Virgen Salus Populi Romani. El cónclave para elegir a su sucesor se celebrará entre 15 y 20 días después del inicio de la Sede Vacante.
Su legado perdurará como un testimonio de fe, humildad y compromiso con los más necesitados, marcando una etapa significativa en la historia de la Iglesia Católica.
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