Aunque miles de menores viven en centros de acogida, muy pocos pueden ser adoptados. El principal obstáculo: los largos procesos judiciales para declarar su abandono. Una realidad que retrasa su derecho a crecer con amor y protección.
Los futuros adoptantes deben comprender que un animal es un ser vivo con necesidades emocionales y físicas.
La ministra Claudia Dávila consideró que mientras una niña o niño pase un día más en los albergues “pierde la oportunidad de ser integrado a una familia para recibir cariño y atención”.