El primer caso se registró en la urbanización Palermo, donde unos delincuentes dejaron una bombarda en la puerta de una casa, mientras que en Laredo una granada causó destrozos en la fachada de una vivienda.
La víctima es una familia que tiene un negocio de soldadura y asegura que es la primera vez que es amenazada con artefactos explosivos. A diferencia de otros casos, no había ninguna carta intimidatoria.
Los delincuentes exigen al propietario de la licorería Vikingo el pago de cupos. Esta vez cumplieron con su amenaza y detonaron una dinamita en la puerta del local.
El caso más reciente de extorsión con dinamita fue el de un empresario que tiene su licorería en el distrito de Víctor Larco. La denuncia ya fue presentada a la comisaría.
La Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) logró neutralizar el artefacto explosivo y restablecer la calma en estudiantes y personal administrativo.
Los delincuentes se hicieron pasar como pasajeros de un auto colectivo y al llegar al límite entre Alto Trujillo y Nueva Florencia hicieron bajar al chofer para luego quemar el vehículo.
El comerciante denunció ante la comisaría de Miramar que los delincuentes le exigen S/ 10 000 a cambio de no atentar contra su vida y la de su familia.
Los malhechores intentaron huir, pero fueron atrapados y estuvieron a punto de ser linchados. Ahora estos anuncian venganza.
La víctima denunció que recibe amenazas de muerte por parte de un grupo de extorsionadores, que le exigen S/ 30000.