Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero en un movimiento que Moscú describió como una "operación militar especial" diseñada para desmilitarizar y "desnazificar" a su vecino del sur.
La decisión afectará a unos 2.000 trabajadores y existe la posibilidad de que a algunos de ellos se les ofrezca trabajo en otras partes del mundo.
A medida que la guerra avanza, el aumento de las bajas y la necesidad de rotar las tropas frescas en la batalla pueden ser desafíos más apremiantes que el coste financiero.
Rusia no ha dejado de pagar su deuda externa desde las secuelas de su revolución de 1917, pero sus bonos han surgido ahora como un punto de fricción en su disputa económica con los países occidentales.
Putin ha advertido a Europa de que se arriesga a que le corten el suministro de gas si no paga en rublos, ya que busca responder a las sanciones occidentales impuestas por la invasión rusa de Ucrania.
La Unión Europea aprobó esta semana nuevas sanciones contra Rusia, incluida la prohibición de importar carbón a partir de agosto.
Se espera que las presiones inflacionarias se moderen en la segunda mitad del año. No obstante, un menor acceso a commodities agrícolas e industriales genera inflación.
Rusia representó el 11% de las importaciones totales de carbón de Japón en 2021, según los datos del Gobierno. Rusia fue el quinto mayor proveedor de crudo y gas natural licuado (GNL) de Japón en 2021.
Los activos incluyen cuentas bancarias, barcos, helicópteros, bienes inmuebles y obras de arte. La UE ha sancionado a casi 700 personas vinculadas al Kremlin.
Recostados en colchones de plástico, cientos de ucranianos, incluidas familias, esperaban esta semana en un refugio abarrotado del gobierno local, en la ciudad fronteriza Tijuana.