Los trabajadores alegan que solo cumplían con las órdenes de la Municipalidad de San Antonio de Huarochirí cuando trasladaban el agua a piscinas, obras, pollerías y pozos.
La Municipalidad de San Antonio de Huarochirí debía de destinar este recurso de manera gratuita; sin embargo, descargaban las cisternas de agua en gigantescos pozos para luego venderla.