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En el primer día de reabrirse la Plaza de Armas y tras la disposición del Poder Judicial de retirar las vallas metálicas que imposibilitaban el acceso al libre tránsito de las personas, un grupo de manifestantes llegó hasta este espacio para reclamar la falta de agua y desagüe en una localidad del distrito de Carabayllo.

Con cornetas y pancartas en mano, más de 1,000 personas acudieron hasta esta parte de la ciudad para llevar su reclamo al presidente Pedro Castillo por la falta de los servicios básicos. Ellos alegan que son más de seis años que no cuentan el referido recurso.

En tanto, la Policía Nacional tuvo que tomar acción y comenzar a retirar de la zona a los vecinos, mientras se analizaba el regreso de las rejas para evitar que las personas sigan avanzando, dado que su objetivo final era llegar hasta Palacio de Gobierno.

Asimismo, otros de los afectados de la mencionada protesta fueron los negocios aledaños, pues los comerciantes temieron que nuevamente se vuelva a instalar las rejas y con ello ver perjudicado sus ventas.

Se reactivan los negocios cercanos a la Plaza Mayor

Esta disposición es una dosis de esperanza para los cientos de negocios como tiendas, restaurantes y otros, que, en los últimos meses, sufrieron grandes pérdidas debido a la falta de público. No obstante, aún deben combatir con las obras de reestructuración de ciertas vías y veredas, las cuales llevan más de un año ejecutándose.

Cabe indicar que según la Confederación Nacional de Comerciantes (Conaco), en lo que va del 2022, los empresarios y vendedores que rodean la Plaza de Armas de Lima han alcanzado pérdidas por más de S/144 millones durante el cierre de la zona.