En el continente se registraron 1 087 390 de nuevos contagios, en medio de un alza que se prolonga por cerca de un mes y medio, y 4.155 muertes la semana pasada.
SAO PAULO, 1 jun (Reuters) – Los casos de COVID-19 en América aumentaron un 10.4% la semana pasada respecto a la precedente, pero los países también deben prestar atención al incremento de la propagación de otros virus respiratorios en la región, advirtió el miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En el continente se registraron 1,087,390 de nuevos contagios, en medio de un alza que se prolonga por cerca de un mes y medio, y 4,155 muertes la semana pasada.
Los casos en Sudamérica crecieron un 43.1%, la mayor subida de la región; mientras que el ascenso más pronunciado en muertes relacionadas con la enfermedad del coronavirus se dio en Centroamérica, con un 21.3%, informó la OPS en una conferencia de prensa.
La diseminación de otros virus respiratorios, como la influenza, la viruela del mono y la hepatitis aguda infantil, también está aumentando en la región, y las naciones deben prestar mucha atención a estas enfermedades, dijo la directora de la OPS, Carissa Etienne.
«El virus de la influenza está circulando de nuevo y no sólo durante la temporada tradicional», especificó. «Los países deben ampliar la vigilancia para monitorear otros virus respiratorios, no sólo el COVID», agregó.
Hasta ahora, México y Perú han registrado un número de casos de influenza mayor de lo esperado, y Argentina, Chile y Uruguay han informado de más hospitalizaciones de lo habitual a causa de ese virus.
La OPS advirtió que muchos lugares podrían enfrentar la doble amenaza de un aumento repentino de influenza junto con un aumento en los casos de COVID-19, «lo que pondrá en riesgo adicional a los trabajadores de la salud, los ancianos y las mujeres embarazadas».
El aumento de eventos climáticos extremos, como huracanes, fuertes lluvias e inundaciones en muchas partes de América es otra presión para los servicios de salud en la región, dijo Etienne, una salubrista dominiquesa.
Este año se esperan más tormentas que el promedio de los años previos, especialmente en el Atlántico, el Golfo de México y el Caribe.
«Esto es preocupante, ya que solo se necesita una tormenta masiva para destruir los medios de vida de las personas, paralizar nuestros sistemas de salud y provocar la pérdida de innumerables vidas», se lamentó Etienne. «Debemos prepararnos temprano para que no nos tomen con la guardia baja».
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