Los planes de exhumación han dividido a los partidos políticos y a la opinión pública en España. Mientras algunos detractores de la decisión -entre ellos la familia de Franco- afirman que se trata de una medida «revanchista» con fines electorales, los partidarios critican que se trata del único monumento en pie a un líder fascista en Europa.
El jueves dieron el visto bueno al plan 176 diputados de un Congreso de 350 escaños, entre ellos los socialistas del presidente Pedro Sánchez y el bloque ‘Podemos’. Se abstuvieron los partidos conservadores ‘Ciudadanos’ y ‘Partido Popular’ con 165 abstenciones en total.
No se ha hecho público cuándo se llevará a cabo la exhumación, pero el Gobierno espera que sea un paso adelante para cerrar las heridas de la Guerra Civil y de la dictadura de casi 40 años.
«La decisión de exhumar a Franco me parece tardía, se podía haber hecho mucho antes», dice Nicolás Sánchez-Albornoz, que escapó de las obras del Valle en agosto de 1948 tras ser sentenciado a seis años de trabajos forzados.
Durante la dictadura (1939-1975), decenas de miles de enemigos de Franco fueron asesinados y encarcelados en una campaña destinada a erradicar la disidencia. Hasta medio millón de combatientes murieron en la guerra civil.
En la transición a la democracia, a finales de la década de 1970, se decretó el perdón de los crímenes políticos pasados, lo que avivó el resentimiento entre parientes de las víctimas. Muy pocas familias han logrado poner en marcha el proceso para desenterrar los restos de los caídos de ambos bandos en fosas comunes de todo el país.
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#ATENCIÓN El alguacil no reveló las identidades de las víctimas.https://t.co/i0qV3kFijE
— Latina Noticias (@Latina_Noticias) September 13, 2018
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