El presidente ecuatoriano ha culpado a los legisladores de bloquear sus esfuerzos y ha amenazado con gobernar por decreto.
QUITO (Reuters) – Los esfuerzos del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso para combatir la inseguridad y los problemas económicos en medio de una creciente violencia y una feroz oposición legislativa se están quedando cortos, poniendo en riesgo la inversión extranjera en el país, dijeron analistas y ciudadanos.
Lasso, un exbanquero que asumió el cargo hace un año, prometió combatir el crimen, reactivar la economía golpeada por la pandemia del coronavirus y atraer inversiones, especialmente en petróleo y minería.
Ha impulsado la recuperación económica con un programa de vacunación contra el COVID-19 de 1.000 millones de dólares y sus medidas fiscales están reduciendo el alto déficit del país, obteniendo elogios del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero esos logros se han visto empañados por altos niveles de violencia, que Lasso dice es una respuesta a su lucha contra el narcotráfico, sangrientos motines en las cárceles que han dejado cientos de presos muertos y la vehemente oposición de la Asamblea Nacional a sus propuestas de inversión y seguridad.
La violencia y las amargas batallas legislativas podrían asustar a los inversores, dijeron analistas.
«Hay mucho interés para invertir en Ecuador», dijo Ramiro Crespo, presidente de la consultora Analytica Securities. «Pero obviamente la Asamblea con esa lucha hace dudar de la estabilidad de la presidencia (…) entonces los inversionistas miran con un poco de recelo el panorama a medio plazo».
El mes pasado, la Asamblea Nacional rechazó un proyecto para atraer inversiones que Lasso dijo ayudarían a crear dos millones de empleos hasta el fin de su mandato en 2025 y los legisladores advirtieron que no aprobarían una reforma laboral que el Gobierno aún está elaborando.
Lasso ha culpado a los legisladores, incluidos algunos que lo respaldaron originalmente y otros cercanos al expresidente izquierdista Rafael Correa, de bloquear sus esfuerzos y ha amenazado con gobernar por decreto. Los congresistas de la oposición alegan que el mandatario tiene la intención de privatizar la infraestructura y los servicios públicos.
EL TIEMPO DIRÁ
El Gobierno dice que ha recibido compromisos de inversión privada de unos 5.000 millones de dólares en diferentes sectores y ha mejorado las cifras de desempleo, a pesar de que heredar lo que califica de finanzas desordenadas, deudas, violencia carcelaria y corrupción institucionalizada.
«Lasso sabe lo que le conviene al país y hay que dar tiempo. En ese tiempo es donde las cosas se van cumpliendo», dijo el asesor presidencial Diego Ordóñez a Reuters. «El presidente quiere gobernar para solucionar los problemas del empleo y seguridad, y gastar los recursos públicos de forma eficiente, ordenada y sobre todo honrada».
Muchos ecuatorianos están frustrados con lo que aseguran es una lentitud del mandatario para hacer cambios, lo que hizo que sus índices de credibilidad cayeran en picada al 21% en la última semana de abril, según la encuestadora Perfiles de Opinión, desde el 68% cuando asumió el cargo.
«Un año de desempleo, de inseguridad y de muertes en las cárceles, eso es lo que hay», dijo la secretaria Viviana Palacios, de 34 años, que trabaja informalmente y vive en Guayaquil. «Lasso ha demostrado su incapacidad para llevar a cuestas este país».
Cerca de la mitad de los ecuatorianos trabaja de manera informal, según cifras a marzo del Instituto de Estadística y Censos, y el 23% está en el subempleo.
«Desde el plan de vacunación durante el resto de periodo de gobierno no se ha visto prácticamente ningún otro hito de gestión», dijo Paulina Recalde, directora de Perfiles de Opinión. «Los problemas que venía acarreando la población se agudizan (…) y se suma la exacerbación de la inseguridad».
Los motines carcelarios han causado la muerte de al menos 270 reos en el último año, mientras que los homicidios llegaron a 1.241 a nivel nacional entre enero y abril, el 90% del total registrado en 2020 y el 49% del total de 2021, según datos oficiales.
Lasso ha utilizado poderes de emergencia para controlar las zonas más violentas, desplegó a cientos de militares a patrullar y reemplazó a altos funcionarios del área de seguridad.
Pero sus acciones son demasiado tibias, dijo el exdirector de inteligencia del Ejército Mario Pazmiño.
«Tiene que haber una reingeniería total del sistema de inteligencia», dijo Pazmiño, quien asegura que las Fuerzas Armadas deben ampliar el trabajo a lo largo de la frontera para atacar el contrabando transnacional de drogas.
«Todo el pueblo pide seguridad y eso es lo que le está exigiendo al Estado, pero el Estado no ha prestado mucha atención», añadió.
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