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Portugal registró más de 3.000 casos diarios de coronavirus en las últimas 24 horas, por primera vez desde febrero, según datos del miércoles, mientras las autoridades sopesan nuevas medidas para controlar un preocupante aumento de las infecciones.

Los 3.285 nuevos casos del miércoles, un aumento de casi el 40% con respecto al mismo día de la semana pasada, elevaron el número total de infecciones en Portugal, un país de poco más de 10 millones de habitantes, a 896.026 casos desde que comenzó la pandemia.

Los nuevos casos se están registrando sobre todo entre los más jóvenes no vacunados, por lo que las muertes diarias se han mantenido en un solo dígito, muy por debajo de los niveles de febrero, cuando el país seguía bajo un estricto confinamiento.

La cuarentena se impuso en enero para hacer frente a lo que entonces era la peor oleada de COVID-19 del mundo, pero la cuarta fase de la pandemia -causada por la variante Delta, más infecciosa- está golpeando con fuerza a la nación del sur de Europa.

Casi el 90% de los casos en Portugal son de la variante Delta.

La tasa de infección comenzó a aumentar después de que Portugal abriera sus puertas a los visitantes de la Unión Europea y Reino Unido a mediados de mayo. Ahora, la mayoría de los comercios han reabierto y, con el inicio de la temporada de verano, las playas y los restaurantes están muy concurridos.

La semana pasada se estableció un toque de queda nocturno en 45 municipios, entre ellos Lisboa, Oporto y Albufeira, y los restaurantes y comercios no alimentarios deben cerrar antes en los fines de semana en algunas zonas.

Las imágenes de los medios de comunicación mostraban el martes por la noche a cientos de jóvenes veraneantes de fiesta en las calles de Albufeira, un popular destino del sur del Algarve.

Para hacer frente a la oleada, Portugal aceleró su campaña de vacunación. Los ministros se reunirán el jueves para decidir los próximos pasos y podrían anunciar nuevas medidas.

Ante la pregunta sobre si se podría volver a imponer el estado de emergencia en algún momento, la ministra de Sanidad, Marta Temido, dijo que no era «totalmente imposible», y añadió que la situación de la pandemia estaba en «constante evaluación».

Fuente: Reuters